Los fieles acompañan a la Virgen de Valparaíso en su camino a la iglesia

Santibáñez de Béjar celebró este sábado una intensa jornada de sábado con la carrera popular y la subida de la Virgen de Valparaíso como dos de las actividades más destacadas.

Fue en una jornada que comenzó con una carrera solidaria organizada por el Ayuntamiento para recaudar fondos para la investigación del síndrome de Cach a través de “La sonrisa de Alejandro”, vecino de la localidad que sufre esa enfermedad. Y por ese motivo, cerca de 400 personas disfrutaron de una carrera para las categorías benjamín, infantil, cadete, juvenil, senior y veterano. Los vecinos se volcaron de nuevo con esta iniciativa, que dejaba paso por la tarde a las celebraciones en honor a la Virgen. Y es que la patrona subía desde la ermita a la iglesia de Santiago Apóstol arropada por centenares de fieles. Antes, en el recinto de la ermita, el grupo de bailes tradicionales y algunos vecinos participaron en la ofrenda floral a la Virgen. El grupo bailó una charrada al son del tamboril de Miguel Ramos García, que daba paso en la procesión a los dulzaineros de Macotera. Los fieles se intercambiaban los brazos de las andas de la Virgen para llevarla hasta el templo, mientras que grupo de danzas bailaba de nuevo junto a la cruz y a lo largo de la carretera, que estaba cortada al tráfico por la Guardia Civil.

Con la entrada de la virgen en el templo terminaba la programación de tarde para dar paso después a la celebración nocturna con la elección de la corte de honor de las fiestas entre los quintos del año y con el pregón de Ana Hernández Peña, que inauguraba, entonces sí de forma oficial, las fiestas en honor a Nuestra Señora de Valparaíso.

La música en la carpa con el dúo Alúa tomaba el relevo para dar paso después a la verbena con el grupo Diamante en el salón.

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