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El momento de la ‘berrea’ se produce entre los meses de septiembre y octubre. ARCHIVO
El enclave salmantino para presenciar en vivo y en directo la impresionante berrea del ciervo

El enclave salmantino para presenciar en vivo y en directo la impresionante berrea del ciervo

El Mirador de Riomalo, desde donde ver el meandro Melero de Sotoserrano, es un enclave ideal para vivir in situ esta experiencia auditiva

Viernes, 18 de septiembre 2020, 14:40

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Con las primeras lluvias de septiembre llega uno de los espectáculos más impresionantes en los montes y sierras de la provincia, cuando los bramidos de los ciervos rompen el silencio en lo que popularmente se conoce como la “berrea”. Se trata del periodo de celo en el que entran los machos, que con sus berridos buscan su propio grupo de hembras para aparearse.

Esta llamada de la naturaleza atrae cada año a más y más curiosos, que buscan los mejores sitios para escuchar y, con un poco de suerte, incluso ver las peleas entre los ejemplares más jóvenes.

Uno de los lugares más recomendados por los técnicos del parque de Las Batuecas es el meandro Melero. Allí, desde el imponente mirador de Riomalo, quienes busquen disfrutar de la “berrea” podrán hacerlo a primera hora de la mañana (entre las 6:30 y 7:00 horas) o la última de la tarde (desde las 20:30 a las 21:00).

Entre las recomendaciones de los expertos está la de acudir provistos de prismáticos para disfrutar de la imagen de los ciervos y, sobre todo, ser especialmente sigilosos para no interrumpir el cortejo.

De hecho, es aconsejable acudir en pequeños grupos para no molestar a los animales, que en esta zona de la provincia abandonan la profundidad de los montes para bajar a beber al río Alagón, lo que hace que sea más sencillo verles que en otros espacios naturales.

El proceso de la “berrea” es sencillo: los machos más fuertes eligen su territorio y a su manada de hembras, que defienden hinchando el cuello y berreando. Curiosamente son los ejemplares más jóvenes los que más ruido hacen, mientras que los machos dominantes suelen emitir un sonido más pequeño y ronco. Las peleas se producen entre ciervos de fuerzas similares o entre jóvenes desafiantes y únicamente finalizarán cuando uno de ellos se da por vencido y abandona el lugar mientras es perseguido durante unos metros.

Se trata de una época de mucho estrés para los animales y por eso es frecuente ver a algunos de los ejemplares tumbados debajo de las encinas o entre el monte descansando.

Septiembre y octubre son los meses claves para vivir esta experiencia única, especialmente recomendada para toda la familia, donde también habrá que tener muy en cuenta las condiciones climátológicas.

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