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Los monasterios de la provincia son refugios del ruido exterior en los que lo primordial es la oración, el encuentro con Dios. Con esa base primordial las religiosas buscan fórmulas para poder sobrevivir. Un ejemplo es el de la comunidad de hermanas clarisas del Sagrado Corazón de Jesús de Cantalapiedra, el más grande de la provincia con 56 monjas.
En los últimos tiempos ha destacado su obrador de repostería y dulces navideños que distribuyen por toda España y otros países. En el pasado tuvieron granja, huerta, hacían alfombras, tenían un taller de encuadernación y otras tareas que han sido apoyo para poder mantener un monasterio de tan grandes dimensiones.
«Estamos cambiando un poco el ámbito de nuestro trabajo en general, hacemos artesanía y encargos de recordatorios», detalla la priora sor María Aleluya. No obstante a nivel general han tenido que tomar una decisión importante para la comunidad optando por primar la atención a las hermanas mayores. «Hemos ido reduciendo el trabajo porque hay muchas hermanas mayores, su atención nos reduce la capacidad de trabajar en grandes cantidades», detalla la madre. «Los productos se han encarecido muchísimo, la almendra, el chocolate, la yema de huevo y el azúcar, es verdad que la materia prima es muchísimo más cara y eso nos acobarda un poco porque nosotras utilizamos todo natural, por ejemplo el mazapán es pura almendra, o sea que para poder ganar algo tienes que poner unos precios desorbitados, por eso hemos optado por hacer más productos del año que pueden ser más asequibles y hacemos Navidad para gente que verdaderamente lo quiere, no en grandes cantidades», detalla.
En estos momentos se dedican menos hermanas al obrador y más al cuidado de las 20 mayores de 80 años que requieren más atención. «Otros monasterios han contratado personal pero nosotras hemos optado por reducir trabajos externos para hacernos cargo de la atención de las hermanas dependientes», anota.
La otra actividad de recordatorios y artesanía que ofrecen a través de su web es muy compatible con su vida contemplativa porque «es algo que se puede hacer al mismo tiempo que se reza, ayuda a mantener el clima de oración» con creatividad.
Han llamado 'Corazonadas' a una iniciativa que nace de la gran cantidad de solicitudes de personas que piden hacer retiros en el convento, en línea con su misión de acogida.
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