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Vitigudino
Viernes, 3 de enero 2025, 06:30
Hace poco que Vitigudino dejó de tener un Cuerpo de Policía Local, aunque en realidad no se tratara de un Cuerpo, sino de un Policía en solitario, el único que Vitigudino ha tenido desde que Francisco Alonso, conocido como «El Rubio», «ascendiera» de vigilante a Policía. Ahora ha comenzado una nueva etapa de su vida: la jubilación.
¿Cómo empieza tu historia como único Policía de Vitigudino?
—Soy de Pelarrodríguez, pero he vivido siempre en Vitigudino. Todo comenzó cuando sacaron la plaza de auxiliar de Policía, me presenté y tomé posesión en septiembre de 1.983. Más tarde, en 2003 este puesto pasó a denominarse vigilante municipal. Te daban un carnet de la Junta, y la única diferencia realmente entre eso y ser Policía era que no te daba un arma. Precisamente por ello se acabó ofreciendo a los ayuntamientos la posibilidad de crear el Cuerpo de Policía, cumpliendo con ciertos requisitos. Hice pruebas de tiro en Ávila, pasé exámenes teóricos...
¿Fuiste uno de esos niños que soñaba con ser Policía de mayor?
—Si, mi única ilusión cuando era pequeño era ser Policía. Es algo que ha llegado un poco al final, después de mucho tiempo, pero te queda esa satisfacción de que al final has llegado a ser lo que querías ser. Era la ilusión de toda mi vida, y recuerdo que cuando estudiaba yo quería ser de la secreta.
¿Alguna vez echaste de menos tener compañeros?
—No, aunque siempre es mejor tener a alguien en caso de que surja algún problema, pero yo me hice muy bien a estar solo, muy a gusto con el Ayuntamiento... Ha sido en general un trabajo muy tranquilo, y el tener el cuartel de la Guardia Civil ha supuesto siempre un gran apoyo.
¿Notaste un antes y un después en el trato con la gente?
—Un poco si, al pasar de vigilante a Policía Local, aunque lo que hacías era lo mismo, parece que tenías más autoridad, y también es una mayor responsabilidad para ti; la cosa es más seria. Pero la gente me sintió tratando con la misma cercanía, siempre me han llamado «El Rubio», y seguí siendo «El Rubio» al hacerme Policía.
¿Te convertiste en alguien a quien recurrir cuando sucedía algo?
—Si, siempre han recurrido para mí para muchas cosas, ya que he estado muy implicado en el Ayuntamiento, sé dónde están las cosas... También he estado siempre muy dispuesto en temas de organización. La gente acudía a mí, a sabiendas de que conocía bien el pueblo, y podía ayudarles a solucionar los problemas.
¿Te hubiera gustado ser Policía en un lugar con más acción?
—Bueno, me hubiera gustado más el trabajo de Policía en una gran ciudad, tanto municipal como nacional, pero tampoco me ha importado trabajar aquí. Yo soy de ciudad costera, allá donde haya mar, pero nunca me planteé el irme, aquí tenía mi vida hecha.
¿Qué planes tienes para esta nueva etapa de la vida?
—Ahora estoy con mis dos nietos, que han venido de Tenerife, pasando las navidades en familia. A ellos les encanta verme con el uniforme. La jubilación me llegó un poco de sorpresa, creía que me quedaría un par de años más, así que tendré que adaptarme a esta etapa. No sé en qué ocuparé mi tiempo, pero hay algo que tengo claro: nunca he sido de estar sin hacer nada, soy inquieto, no me va eso de quedarme en casa.
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