Borrar

¡Viva el dinero en efectivo!

Viernes, 23 de septiembre 2022, 05:00

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ya sé que esta columna va contracorriente y mi actitud también, pero quiero poder pagar en efectivo cuando me dé la real gana. ¿Por qué? Porque pretendo preservar todo lo que pueda mi libertad y esta se ve amenazada por los pagos con tarjeta y los otros medios digitales modernos. Estamos creando un monstruo, especialmente las generaciones más jóvenes, que nos terminará devorando. Lo conté en estas mismas páginas hace tres meses.

Con ocasión de un viaje por Australia, me encontré con que el dinero en efectivo prácticamente había desaparecido en este país. En muchas tiendas y establecimientos diversos te avisaban directamente que no admitían billetes o monedas y que solo se podía pagar con plástico (tarjetas) o con los más modernos medios digitales, o sea las aplicaciones puestas de las grandes tecnológicas.

Cuando te presentaban el datáfono, en la pantalla de estos instrumentos aparecían las opciones de las tarjetas más comunes y también las que han desarrollado esos enemigos de la libertad, como son Google, Amazon o el “pay no sé qué”, entre otras. Entiendo que puede ser mucho más cómodo, evidentemente, y comprobé hasta la saciedad cómo para abonar una botella pequeña de agua, por importe de unos 50 céntimos de euro al cambio, se utilizaba toda esa parafernalia moderna.

En España, antes de la pandemia eran muy pocos los que se planteaban abonar un recorrido corto en taxi con tarjeta. Ahora, según confesión de los propios taxistas, es lo más normal, por lo menos en Madrid.

También he observado en la caja de algún súper a la persona que me precedía, que había cogido una pieza de fruta y abonaba la cuenta con tarjeta. Probablemente ese mismo consumidor reivindica el respeto a su libertad, no solo en este asunto, sino en todas las parcelas de su vida. Sin embargo, no se da cuenta de que con ese gesto está entregando una parte de esa libertad. Los que controlan estos sistemas de pago lo terminan sabiendo todo de nosotros: fecha y hora de la operación, lugar, periodicidad, tipo de producto (si nos gustan las zanahorias, o no), gasto diario, semanal o mensual, el tipo de ocio, los restaurantes y los viajes que son de nuestro agrado.

En parte se evitaría si continuamos pagando con dinero, pero es que no nos van a dejar. En esta gran operación contra nuestras libertades van de la mano las grandes corporaciones financiero-capitalistas-tecnológicas y de medios de pago y los gobiernos de todo el mundo, que pretenden limitar a un tope cada vez más bajo la cantidad que se puede abonar en efectivo, con la excusa de la lucha contra el fraude fiscal (Hacienda). Es lo que ha hecho el Ejecutivo de Sánchez y antes el de Rajoy. Van a por nosotros, a tenernos cada vez más controlados y a convertirnos todavía más en un rebaño obediente. Y eso es malo, muy malo. Pero lo peor es que los ciudadanos y consumidores estamos dando todas las facilidades.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios