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Nación analfabestia

Jueves, 8 de octubre 2020, 05:00

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En uno de los momentos álgidos de la película Interstellar el astronauta Joseph Cooper —interpretado de manera soberbia por Matthew McConaughey— pronuncia la épica frase “¡esta pequeña maniobra nos va a costar cincuenta y un años!”.

Como sucede con el efecto mariposa una pequeña variación puede llevarnos a la ruina. Analicemos uno de los últimos aleteos socialistas: Isabel Celaá, autora de fárragos vergonzantes, parece que desea lo peor para los muchachos de nuestro país. Diría que se ha propuesto dinamitar la educación desde dentro. Quizás considera que el país necesita una generación de palurdos analfabetos que sólo sirvan para darle de comer a los pájaros del parque o, quizás, piensa que así sus hijos -esmeradamente educados en un elitista colegio privado de Madrid- algún día heredarán un sinnúmero de esclavos beocios que puedan abanicarlos. No sé qué pensamientos albergará esta señora pero, por sus flatus vocis, puedo afirmar que se ha fijado como meta convertir a España en un bancal de palurdos.

Y es que, cuando un gobierno socialista llega al poder, el presidente de turno no reparte carteras sino bolas de demolición. Al ministro de Economía le encargan volar los sectores productivos, al de Hacienda expoliar los bolsillos de los ciudadanos y al de Educación pues poco menos que quemar libros.

La semana pasada nuestra dicharachera ministra nos regaló otra extravagante enmienda: que los estudiantes de Secundaria y Bachillerato pasen de curso sin tener en cuenta el número de asignaturas suspensas. ¡Con dos narices!, sí señora. Como en esta patria nos desbordan las mentes privilegiadas dejemos que, aunque suspendan hasta el recreo, pasen de curso.

¿Esta gente piensa las consecuencias de sus decisiones o, simplemente, vocean estupideces en alguna especie de desafío a ver quién dice la gilipollez más colosal? ¿Dónde ha quedado la excelencia? ¿Dónde han quedado los méritos? ¿Qué quieren?, ¿quieren que sólo aquellos que puedan pagárselo accedan a una educación de calidad? Creo que ansían una generación de macos e impedidos mentales que, siendo ya adultos y sin posibilidad de razonar, les voten en masa suplicando una limosna para poder subsistir. Eso sí, a Garzón le falta tiempo para calificar al sector turístico como algo “estacional, precario y de bajo valor añadido”.

A ver si resulta que somos lo que somos y estamos como estamos gracias a las políticas educativas que se han ido turnando -a peor- en este país.

Es mejor no hacerse preguntas y obedecer. Igual que borregos. Nuestros dirigentes saben qué es lo mejor para todos, y también saben que a un neurólogo lo que le hace feliz en la vida es trabajar de campanero en Avilés o servir cubatas a ingleses borrachos y mendigar trabajos basura.

Si no quieren eso para sus hijos, ¿por qué lo quieren para los hijos de los demás?

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