Melonadas Calviño
El destino ha querido que nos encontremos con el peor Gobierno posible en el peor momento posible. Ya he escrito en varias ocasiones que, para ... hacer frente a esta grave crisis, se necesitan políticos, pero también gestores. Lo bueno hubiese sido contar con políticos gestores o gestores políticos, como se prefiera. Pero el problema está en que, si se repasa el currículo de los miembros del Ejecutivo, nos encontramos con que ninguno de ellos ha hecho gestión en algún momento de su vida. ¿Qué ha gestionado Pedro Sánchez a lo largo de su existencia? ¿Y Carmen Calvo? ¿Y Pablo Iglesias? ¿Y Nadia Calviño? ¿Y Teresa Ribera? Valga el presidente y los vicepresidentes como ejemplo. Confiaban los empresarios en la llamada ortodoxia de Calviño para hacer frente a la situación antes de la crisis del coronavirus y en que sería la barrera frente a los de Podemos. Decían que era una buena embajadora ante Bruselas y que generaba confianza entre los eurócratas, ahora desaparecidos por cierto. Se agarraban los empresarios a un clavo ardiendo porque, entre Iglesias y Calviño, lo menos peor era Calviño.
Y es verdad, pero eso no significa que no sea peor también. A las pruebas me remito. Ha dicho la otrora directora general de Presupuesto de la Comisión Europea una “melonada” de proporciones siderales: no es posible la suspensión del pago de impuestos ni de las cargas sociales de las empresas o autónomos porque no desaparecen los gastos públicos (hay que pagar a médicos, policías, funcionarios...), pero se ha olvidado la vicepresidenta tercera del Gobierno que miles, por no decir millones de autónomos y de pymes, han dejado de ingresar dinero, simplemente porque están cerrados por las medidas de su Gobierno y no disponen de ingresos. ¿Acaso no se ha enterado de que es verdad que no desaparecen los gastos públicos, pero sí que han desaparecido los ingresos de muchos particulares, que además no solo tienen que “gastar” en pagar los impuestos, sino también salarios en el caso de que cuenten con trabajadores a su cargo o alquileres? Estos no van a tener más remedio que tirar de sus reservas para continuar adelante, eso suponiendo que las tengan. En caso contrario, ¿qué hacen, señora Calviño? Por cierto, melonada: torpeza, tontería o dislate, según el diccionario de la Lengua Española de la RAE.
Y, mientras tanto, tenemos que seguir soportando las amenazas de Pablo Iglesias, que ha venido repitiendo un día sí y otro también en los últimos días, al recordar el artículo 128 de la Constitución, que establece que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. Habrá que recordarle que hay otro artículo que consagra la propiedad privada. Miedo dan.
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