Me aburro
Intentando darle la animada expectación que se presume en las primeras ferias post pandémicas sin el agobio de las medidas restrictivas que nos exigió ese ... célebre y aguafiestas virus, presentaba el señor alcalde esta semana las actuaciones musicales del programa de fiestas. Pues bien, mucho me temo que lo mejor que se pueda decir es que se recupera la ubicación de la Plaza Mayor, tras la peregrina idea del pasado año de trasladarlas al campo de fútbol de Puente Ladrillo, y que por tanto serán gratuitas, como lo venían siendo siempre, lo que quizás constituya el mejor plan para intentar involucrar a la mayor cantidad de gente en unas fiestas consideradas populares.
No ha habido suerte, sin embargo, con las propuestas musicales. Un simple repaso de los nombres escogidos aburre. En general, es un programa impersonal, soso, aburrido, sin alicientes de interés, falto de variedad y bastante trasnochado, como si nos tocase ir asumiendo la idea de que Salamanca es una ciudad decididamente envejecida. Y pareciese que más que seleccionadas por la Concejalía de festejos de una ciudad como Salamanca, que debería atender un poco al variopinto gusto de todos, las hubiera diseñado un comité de directivos de Cadena Dial y de Radio Olé pensando exclusivamente en los fanáticos de las citadas emisoras. De otra forma no se entiende bien que se presenten tan dirigidas a ese público específico que escucha estas emisoras con su particular sobredosis de sonidos con acento tradicional andaluz (Pastora Soler, Vanesa Martín, El Arrebato, Kiko Veneno...).
Los citados nombres se complementan con unas cuantas propuestas de clara vocación comercial pero de todavía insignificantes carreras y cuyas actuaciones estarían más en consonancia con la programación de una pequeña sala. Sospecho que si hiciéramos una encuesta entre el público muy pocos podrían citar alguna canción de éxito de Álvaro de Luna, Paul Alone, Marlon o Ana Guerra y eso en el caso de que les suenen sus nombres.
De modo que si usted es aficionado al rock o al folk, a la música electrónica o a los cantautores, al reggaeton o al rap, al indie o a la música de baile, al trap o a las grandes estrellas de la música melódica mucho me temo que deberá escaparse un año más a las fiestas de Valladolid. A ver si el año que viene.
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