La agenda taurina de Vidal
Lo siento, pero hoy no toca hablar del “Viernes Negro” o del “Día de Acción de Gracias” por más que estemos rodeados de estas costumbres ... llegadas de los Estados Unidos. Hoy toca escribir de la Agenda Taurina 2020 de mi amigo Vidal Pérez Herrero, que se presentó ayer por la tarde en Madrid. Es un milagro que esta publicación haya llegado a su edición número 26. Y es un milagro por varias razones, a las que no es ajeno el pasotismo que la mayoría de los propios taurinos sienten por la Agenda en cuestión. Pero allá ellos. La correspondiente al año que viene, que ya se encuentra a la vuelta de la esquina, es especial porque está dedicada al Rey Juan Carlos, a ese rey de la tauromaquia que fue Joselito el Gallo y a ese otro rey y maestro de maestros, el salmantino Santiago Martín “El Viti”. También a la localidad pacense de Olivenza y a la Plaza de Toros de San Clemente en Cuenca.
Lo he escrito en alguna otra ocasión y lo reitero hoy otra vez: cada día que pasa siento menos interés por el espectáculo de los toros en la plaza, pero, a cambio, me gusta más todo lo que rodea a la cultura relacionada con este mundo, desde la propia Agenda Taurina, hasta la escultura, la pintura, los libros sobre el asunto, la actividad ganadera y el misterio que hay detrás de la bravura y, sobre todo, cada vez que puedo me escapo a una dehesa, sobre todo ahora en otoño e invierno a contemplar a estos animales en el campo y su hábitat natural. La Agenda Taurina es una pequeña obra de arte y el amigo Vidal se ha propuesto a lo largo del último cuarto de siglo recoger en ella un poco de la cultura taurina. Lo de menos es el apartado de agenda pura y dura, porque está tan lograda que lo último que haría uno es escribir anotaciones en la misma. Confieso que las conservo todas sin haber hecho un solo apunte y que de vez en cuando me deleito con su contenido.
A la espera de comprobar en detalle lo que nos deparará la edición de 2020, me ha dado por repasar algunas páginas de la correspondiente a este año, que ya enfila la recta final, y ahí me he encontrado con las acuarelas de César Palacios y con unas páginas dedicadas a Santiago Martín “El Viti”, encabezadas con un titular que lo dice todo:” soy un hombre de campo que ama al toro, humilde y educado porque así me criaron”. No se puede decir más con menos palabras. ¡Ojala lo tuvieran en cuenta muchos de los taurinos actuales!
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