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Mazón, pide perdón

Miércoles, 13 de noviembre 2024, 05:30

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De entre todas las emociones humanas que ha destapado la catástrofe de la DANA en el Levante español la que más me descoloca es la falta de empatía y humanidad de algunos políticos implicados directamente en la dimensión de la tragedia. Me asquea profundamente que el presidente de la Comunidad Valenciana, el señor Mazón, haya sido tan cobarde como para no pedir perdón a todas las víctimas, que no sólo se han sentido abandonadas, sino engañadas y hasta traicionadas. Y esto no va de colores políticos.

Viciado por mi vertiente periodística, me pregunto por qué el sentenciado Mazón, que terminará dimitiendo más pronto que tarde, se resiste a un acto tan intrínsicamente humano como pedir disculpas ante el que lo ha perdido todo. Pero, en esta sociedad en la que la misión es imponer tu relato sobre el rival político, los tropecientos asesores que vivirán del mambo y el palmeo en el gobierno valenciano le habrán repetido como un taladro que 'el que pide perdón esta asumiendo una culpa' y eso contraviene toda estrategia defensiva y le da armas al enemigo. Esos son los términos en los que se juega esta partida y por eso no hay rastro de perdón. Tampoco de arrepentimiento.

Tan acostumbradas están las maquinarias de los partidos a sacar tajada de cualquier contexto que arrinconan todo lo que pueda menoscabar su poder aunque eso implique un choque frontal con la humanidad más elemental. Eso sí, los de traje y corbata frabicarán una ristra de titulares vacíos, tipo 'Estamos volcados al cien por cien con las víctimas'. Tan obvio que es hasta obsceno. Incluso se podrán arriesgar con una foto con los damnificados, siempre que sea en un entorno seguro y con los actores elegidos para la pose. Me pregunto si Mazón no tiene a nadie cerca que le pida a la cara que sea valiente, que salga a reconocer su error y a pedir perdón. Una y mil veces si fuera necesario. No sólo por su calamitosa gestión, también por mentir para tapar sus vergüenzas, como esa comida con una periodista que se ocultó hasta una filtración interesada, como todas.

Muchos políticos hacen carrera y medran en sus partidos esperando sólo el dulce maná del éxito y el poder pero pocos saben estar a la altura cuando la suerte se tuerce hasta llegar a la tragedia. Entonces se dimensiona la verdadera talla de un dirigente, y aquí se ha visto que algunos no llegan ni a la altura de los tobillos de todos los que los tienen llenos de barro después de varios días limpiando lodo.

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