El tonto del día

El tonto del día es el salmantino que quiere viajar en autobús a Madrid este sábado y no sabe cómo hacerlo todavía. Es más, desconoce horarios y las frecuencias.

El tonto del día es el madrileño que se encuentra en la misma situación para hacer el trayecto inverso a partir de este fin de semana.

Tontos del día son también los vecinos de Santa Marta, Calvarrasa, Encinas de Abajo, Ventosa del Río Almar, Peñaranda, Paradinas o Rágama, localidades donde hasta el próximo día 16 parará el «autorrés», como se ha dicho toda la vida, pero que ahora viven en una absoluta incertidumbre porque todavía no pueden comprar un billete que les comunique con la capital de España más allá de esa fecha.

Los tontos del día son todos ellos porque nadie entiende que quieran viajar en autobús cuando en tren te sale gratis desde que Pedro Sánchez decidió comprar votos con el dinero de todos los españoles.

Desde luego, tontos del día han sido los directivos de Avanzabus por mantener el servicio entre Salamanca y Madrid durante tantos meses viendo cómo el Gobierno derivaba viajeros al tren a golpe de abono gratuito. ¿Quién puede competir así?

El tonto del día también es el salmantino que cuando terminó la pandemia pensó que se iba a recuperar la cuarta frecuencia del Alvia a la capital del reino de forma inmediata. Años han pasado para que regresara ese servicio, un tiempo en el que el Ministerio de Transportes ha jugado sin decoro con los dirigentes de nuestra provincia.

Tonto del día será quien crea que en ese Ministerio del Caos están trabajando para poner en marcha una quinta frecuencia. Ja.

El tonto del día es aquel ciudadano que no utiliza la hoja de reclamaciones de Renfe cada vez que su tren llega tarde, aunque eso le suponga un tiempo perdido casi a diario.

Tontos del día deben ser los miembros del sindicato CGT que enviaron una carta al presidente de la compañía ferroviaria, Raúl Blanco, en la que desgranaban hasta veinte incidencias de los nuevos trenes que realizan servicios comerciales Avril y Avlo, la enseña de bajo coste del operador público.

Muy tontos del día serán si se han dado cuenta de que los asientos son incómodos, de que se averían con frecuencia el sistema de tracción o los pantógrafos que transmiten la corriente desde la catenaria a la máquina, de que el ruido en el interior de los coches es muy alto, de que la mayoría de los aseos emiten un olor muy desagradable, de que el ordenador del interventor está colocado en medio de la cafetería, de que en muchos de los vehículos el GPS no funciona, de que las puertas exteriores no realizan el proceso de cierre correctamente, de que...

Tonto del día, o al menos así lo llamó, es aquel ciudadano que se topó con el ministro de Transportes el viernes pasado en un campo de golf mientras el vallisoletano correteaba, drive en mano, hacia el carrito eléctrico que lo transportaba de hoyo en hoyo. Porque hay que ser muy tonto para preguntarle en voz alta, aquel día precisamente, dónde estaba Puigdemont o si estaba todo pactado para que el fantoche del expresident de la Generalitat pudiera llegar tranquilamente a Barcelona, soltar su soflama, insultar al país entero e irse de rositas como si nada. En realidad, la aparición del tipo del flequillo, como dijo ayer el ministro, «no es más que ruido».

Tontos, muy tontos del día, seremos si nos tragamos el pacto entre los socialistas y los republicanos de izquierda catalanes para que Cataluña goce de una financiación singular.

Y es que el tonto del día somos todos. ¿Verdad, Óscar Puente?