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Opinión

Se regalan tiestos

Comunico a quien corresponda que los plantones que engalanan la plaza de la Concordia están más muertos que vivos

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 06:00

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Quitaron los gigantescos tiestos de la calle Compañía después de «caerle la del pulpo» al Ayuntamiento por adornar la calle más bonita de Salamanca, pero ahí siguen los «verde agua» que coronan las céntricas plazas de San Isidro y de Anaya y la Rúa. El color desde luego no pasa desapercibido y llama la atención lo exquisita, seguro que con muchas razones, que se pone la administración para no perturbar el dorado de la piedra de Villamayor de los imponentes edificios del casco histórico de la ciudad y lo permisiva que ha sido con ese color aguamarina que evoca las transparentes y cálidas aguas del Caribe, lejos de las tierras amarillentas y áridas de los campos de Castilla.

Para desaparecer de la vista, el Ayuntamiento le tiene que buscar acomodo a la mayoría de los 65 grandes maceteros que ha ido repartiendo como ha podido por toda la ciudad y parece que eso no va a ser una tarea fácil. Hasta ahora solo se ha ofrecido el barrio del Oeste a acoger en sus calles los enormes tiestos. Lo que ocurre es que igual la directiva vecinal se pasa de frenada y pide más de los que quieren los vecinos, que ya se quejaron en su día de la enorme fuente que corona la plaza del mismo nombre, como para que ahora llenen la zona con floreros gigantes.

El Ayuntamiento no puede reconocer que se ha equivocado y mucho menos guardar los tiestos en un almacén o devolverlos para mejor ocasión porque forman parte de un proyecto subvencionado sin ningún control por la Unión Europea.

Nos vamos a comer las macetas, al menos hasta que caduque el proyecto denominado «Salamanca ciudad digital del comercio, cultura y ocio», que teóricamente persigue dar un espaldarazo y animar el comercio local. Yo la verdad es que no entiendo qué pintan unos tiestos enormes con la promoción comercial.

El hecho es que nos hemos gastado casi 200.000 euros en unos tiestos que no quiere nadie y que el Ayuntamiento no sabe a quién colocárselos porque si los guarda, tiene que devolver la subvención.

Esto demuestra la falta de control del dinero de los fondos europeos, en este caso de los del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea con fondos Next Generation.

Ayer, la senadora salmantina Esther del Brío planteó con mucha sensatez en la Cámara Alta que se incremente el control, la finalidad y la eficacia en el uso precisamente de los fondos Next Generation porque el caso de los tiestos de Salamanca no debe ser un caso aislado. Seré comedida y no lo calificaré de despilfarro de dinero europeo, pero sí de un uso y un gasto inadecuado, superfluo y absurdo.

Por cierto, comunico a quien corresponda, no sé si es competencia de la concejala de Medio Ambiente, María José Coca, o del concejal de Promoción Económica y Comercio, Pedro Martínez, que los plantones que engalanan con aire pretencioso la plaza de la Concordia están más muertos que vivos y por tanto, ya no cumplen la benéfica función de oxigenar la ciudad, como nos dijeron. Como temo que tardarán tiempo en colocarlos en algún lugar donde no se vean mucho, es mejor que vayan buscando una alternativa con otro tipo de vegetación más resistente que las especies que habían plantado, porque de no hacerlo, los enormes tiestos se convertirán en colilleros o basureros.

Tampoco creo que tengan mejor vida los naranjos ornamentales plantados en los maceteros cuadrados verde agua, que miden más de un metro de altura. El clima de esta tierra no le va a dar mucha tregua a este tipo de plantas, que son más adecuadas para el sur de España.

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