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El plantón del PSOE al campo salmantino, que tiene un escaparate de primer orden en Salamaq, es un grave error, y mucho más en una tierra como esta. El campo está indignado con el ministro Planas porque demuestra muy poca empatía con los problemas de un sector que vive mirando al cielo para que llueva o haga sol, rezando para que los políticos pongan empeño en las negociaciones en Europa y encima, este año se ha visto despreciado cuando peor lo estaba pasando por el asunto de las enfermedades que tantas pérdidas, incertidumbre y desasosiego les ha ocasionado.
El ministro se comprometió en la inauguración de la feria del año pasado a escuchar a los ganaderos salmantinos que estaban preocupados por la enfermedad hemorrágica epizoótica. Como el encuentro se iba dilatando, el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, medió y le escribió una carta, que no ha tenido ninguna respuesta positiva para los ganaderos. ¿Qué tendría que haber hecho Iglesias, aplaudir el desplante? Por tanto, que el PSOE no se haga el ofendidito, porque al que no ha invitado es al ministro, que no creo que fuera bien recibido por los hombres del campo que acuden a su Feria y a los que Planas ha intentado engañar.
El PSOE decidió no ir a la inauguración, pues otro desprecio innecesario que demuestra que prefiere ser palmero del señor Planas, que estar al lado del sector, que es donde debería haber estado. Los socialistas podrían haber ido y permanecer mudos, porque es mejor callar que mentir o decir sandeces a unos profesionales que llevan sufriendo el desdén de este Gobierno seis años.
Pero en lugar de dejar estar el tema, Sánchez o Planas mandaron salir ayer al representante del Gobierno en Castilla y León, el zapaterista Nicanor Sen. Por supuesto no se ha atrevido a dar la cara en Salamanca. Ha hablado desde Valladolid y les voy a traducir lo que ha dicho: los agricultores y ganaderos están llorando como plañideras porque el malo de Javier Iglesias les ha privado de la inestimable presencia del señor ministro de Agricultura. ¡Pobres agricultores y ganaderos que no han podido disfrutar de la compañía de Luis Planas! Esta es mi interpretación libre de la desvergonzada comparecencia de Nicanor Sen desde su apacible despacho de Valladolid. Podría haber tenido la decencia de venir a Salamanca a dar la cara por el señor ministro, pero no lo ha hecho. Por algo será. Seguramente porque tenga miedo.
«El delegado del Gobierno ha lamentado que los agricultores y ganaderos del territorio no puedan contar con la presencia del ministro en una cita que siempre ha sido clave para el Gobierno» (sic). Juzguen ustedes lectores y opinen sobre semejante declaración.
De cualquier forma, al ministro nadie le impide visitar Salamaq y desde aquí le informo que estará abierta hasta el día 9. O sea, que tiempo tiene para demostrarle a los agricultores y ganaderos que por encima de los desencuentros políticos están ellos y por ellos viene a Salamanca a demostrar todo lo que les importa.
No creo que lo haga porque él y los socialistas de Salamanca y de Castilla y León saben perfectamente que las excusas del ministro y del sumiso Nicanor Sen no se las tragan los hombres del campo de Salamanca. Durante doce largos meses ha tenido tiempo suficiente el señor Planas de dar señales de vida y cumplir con lo que les prometió en la edición anterior de Salamaq: recibirlos y escucharlos, que es lo mínimo.
¡Bienvenido mister Planas, el campo salmantino le espera con los brazos abiertos! Si viene con soluciones, mucho mejor.
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