A aprender Palra

La ley mordaza que promueve el Gobierno de Sánchez, disfrazada de plan de medios para la regeneración democrática y homologándola a la normativa europea, no sé por qué levanta tantas sospechas negativas sobre unos ministros y sobre un partido que maneja listados de medios y periodistas cuando son críticos con las actuaciones públicas.

Que las autovías están hechas un desastre, que Chamartín ha sido un caos, que los trenes fallan más que una escopeta de feria desde que está al frente del Ministerio que se ocupa de las comunicaciones y del transporte Óscar Puente, no es una fake news o traducido al castellano una noticia falsa, como podría decir el ministro. Es un hecho constatable, comprobable y que nos ha afectado a los usuarios, excepto a los que no se bajan del coche oficial.

Que don Óscar Puente ha actuado como un dóberman de la política azuzado por el presidente del Gobierno cuando se siente atacado, tampoco es una noticia falsa. Se puede comprobar en el diario de sesiones del Congreso de los Diputados en cualquier momento. Las barbaridades que han salido por la boca del señor de Valladolid están recogidas en las hemerotecas de todos los diarios de este país y de parte del extranjero.

No sé por qué nadie se cree que el Plan de Acción para la Democracia aprobado ayer pretende proteger a los periodistas, a los medios de comunicación y mucho menos para favorecer la transparencia del dinero que las administraciones invierten.

No sé por qué no me fío de las buenas intenciones que dice que tiene el Gobierno de Pedro Sánchez, cuando todo esto viene motivado no porque lo pida Europa, sino a raíz de que el inquilino de La Moncloa se retirara a reflexionar y desapareciera cinco días cuando imputaron a su mujer por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Es mucha casualidad, pero lo cierto es que la señora de Sánchez utilizó en beneficio propio medios y una posición que le viene dada por ser su marido quien es. No es una noticia falsa. Es molesta, sí, porque Sánchez ha pasado de enarbolar la bandera contra la corrupción, motivo exclusivo por el que desalojó teóricamente a Rajoy de la Presidencia del Gobierno, a estar rodeado de lo más selecto en corrupción que hay ahora mismo en España.

El Gobierno de Pedro Sánchez es uno de los menos transparentes de la Democracia. Ni se sabe cuánto ni en qué medios gasta el dinero. Por no hablar de las fake news de su amigo Tezanos desde el Centro de Investigaciones Sociológicas. El CIS lleva años publicando encuestas que no se parecen lo más mínimo a los resultados, pero casualmente siempre favorecen al Gobierno. De información veraz, que es el objetivo que dice tener el Gobierno, nada de nada.

Pero sin lugar a dudas lo que más me ha gustado es ese esbozo de ley mordaza que han hecho Bolaños y la cuota comunista del Gobierno, el ministro de Cultura, Ernesto Urtasun, al que no se le conoce ni una mala palabra ni una buena acción. Se hizo famoso por su odio a la tauromaquia. El sometimiento de Sánchez a los radicales que tiene por socios también va a quedar plasmado en el bodrio con el que pretenden regenerar la democracia. Habrá medidas de discriminación positiva para los medios que estén en lenguas cooficiales.

Habrá que promover la declaración como lengua oficial de la Palra, una variedad local de la lengua leonesa, descendiente a su vez del latín y que todavía se habla en la zona mirobrigense de El Rebollar.

La Palra, con todos mis respetos señor ministro catalán de Cultura, está en peligro de extinción y necesita una inyección económica, como han hecho ustedes con el catalán y el Euskera, para que no acabe por perderse. Me veo aprendiendo Palra.