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Opinión

Haciendo piña

La cosa es generar lazos humanos, que buena falta nos hace, porque no son pocas las guerras sobre la faz de la tierra

Lunes, 2 de septiembre 2024, 05:30

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Se acaba el verano y el síndrome posvacacional está de moda. La vuelta al cole, al trabajo y no sé cuántas cosas más nos vuelven del revés, nos ponen patas arriba la mente y el corazón. Pobrecitos nuestros abuelos, los que lograban irse de vacaciones porque su nivel económico y social se lo permitía eran incapaces de imaginar ni soñar semejante síndrome, como tantos otros inventados por no sé quién, o sí lo sé pero no hace falta decirlo porque da igual, últimamente tragamos con todo o con casi todo y si nos atragantamos nos recetan lo que se considere más oportuno, para eso está la industria farmacéutica.

Nos cuesta mucho hacer piña para crecer juntos, vivimos en un estado de competitividad continuo inconscientes del daño que nos podemos hacer a corto, medio y largo plazo. Se nos da mucho mejor hacer piña en algún supermercado de cuyo nombre no quiero acordarme y que no tiene la culpa de las gracias ajenas. No me negarán que tiene su gracia ir a ligar al supermercado poniendo una piña al revés, me temo que quien está realmente del revés somos nosotros, los humanos, y cada vez más. Una piña al revés y chocando los carros de la compra, realmente romántico y cargado de sentimiento, sin duda un puro acto de amor de hondo calado. En fin, cada uno liga como puede o como le dejan.

La cosa es hacer piña y generar lazos humanos, que buena falta nos hace, porque no son pocas las guerras sobre la faz de la tierra, unas más contantes y sonantes que otras desgraciadamente olvidadas en la noche de los tiempos. Todo depende de los intereses generales de los países ricos, también en el mundo de la guerra la hipocresía está servida, cuestión de números aunque los muertos no cuentan.

Hace falta hacer piña porque seguramente también tú y yo tenemos nuestras guerras particulares con familiares, amigos y seres queridos vivos y difuntos. Por supuesto, también las guerras personales, esas que desarrollamos de puertas para adentro en el interior de nuestra mente y nuestro corazón, peleándonos con nuestras actitudes y comportamientos, debatiéndonos entre la apariencia o falsedad y la autenticidad.

Guerras realmente intensas y, a veces, demasiado largas en el tiempo de nuestra vida. Estamos ya metidos en ferias y fiestas, tiempo especial para hacer piña olvidando dimes y diretes, los malos olores o la ubicación de los maceteros y centrarnos en fomentar alegría, compartiendo ilusiones y esperanzas y muy buenos momentos vividos de manera sana y saludable. Son muchas las maneras de hacer piña y como muestra el RAID solidario de Proyecto Hombre en su veinte aniversario.

Esta vez, a modo de peregrinación con carga solidaria y esperanza de Paz desde la incomparable Plaza Mayor de Salamanca hasta la histórica, y no menos transitada, Plaza del Obradoiro que, por cierto, menuda guerra hay montada con el turismo. En fin, aunque nunca llueve al gusto de todos hemos de empeñarnos en hacer piña. Que la Virgen de la Vega, nuestra patrona, nos ayude a ello. Felices fiestas.

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