El nuevo once de Mañueco

La celebración de la Eurocopa no ha impedido a Alfonso Fernández Mañueco, gran aficionado al fútbol, sacar tiempo para redondear los cambios en su gobierno. Ha sido tan rápido que podemos sospechar que ya tenía preparado el escenario de una posible ruptura por parte de Vox. El pasado viernes estalló la bomba detonada por Santiago Abascal y ayer lunes ya estaba presentando al nuevo equipo de la Junta, con tres bajas «verdes» y dos «fichajes» de cargos del PP con acreditada experiencia como son José Luis Sanz Merino y Leticia García.

De los cuatro «titulares» de Vox en el primer equipo de Mañueco solo continúa Gonzalo Santonja, de cuyo trabajo está satisfecho y con el que le une una relación de amistad. Al consejero de Cultura le ha salvado también el que no tuviera carné de Vox, como sí lo tenían sus colegas de Agricultura e Industria-Trabajo. Ambos han renegado de la formación de Abascal, pero ese gesto no ha sido suficiente para evitar que el presidente les mandara a la ducha.

En realidad, el único que ha abandonado el once titular por voluntad propia ha sido el vicepresidente Juan García-Gallardo, aunque las crónicas apócrifas de la reunión decisiva del pasado viernes en la sede de Vox apuntan que dimitió por disciplina y no por estar de acuerdo en los argumentos para la ruptura, basados en la aceptación por el PP del reparto de menores extranjeros no acompañados. A los consejeros de Castilla y León, como al resto de las otras cuatro autonomías donde gobernaban PP y Vox, les ofrecieron un argumento de autoridad: que la decisión de romper la habían tomado personas de las alturas del partido, merecedoras del máximo crédito. Pero las explicaciones de Abascal solo convencieron a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, y no a todos.

En estos últimos días las papeleras de las oficinas de la Junta se han ido llenando de carnés hechos pedazos correspondientes a consejeros y otros altos cargos. Pronto sabremos a cuántos de ellos les permiten seguir jugando el partido. Una decisión que habrá de tomar Mañueco asesorado por los nuevos titulares de su equipo.

De momento, a los que siguen y a los nuevos les pedía ayer que trabajaran en equipo, como la selección comandada por De la Fuente en la Eurocopa. Si había algún Morata incapaz de marcar un tanto, ya no debería figurar en la alineación. Y menos aún «jugadores» poco disciplinados como García-Gallardo o Mariano Veganzones, que han metido más de un gol en propia meta.

Ahora veremos hasta qué punto Mañueco está dispuesto a cambiar la forma de jugar y no solo el dibujo de su Gobierno. Habrá que esperar a conocer los cambios en el diálogo social, roto por las bravas en nombre de Vox, el futuro de la Ley de Violencia Intrafamiliar impuesta por los verdes, o posibles reajustes en esa Ley de Concordia diseñada también con los condicionantes del pacto ahora roto.

Y en el horizonte aparece también la posibilidad de que Vox rompa los acuerdos en ayuntamientos tan relevantes como Valladolid y Burgos si cooperan en la acogida de menas. Dependerá del día que tenga Abascal, aunque visto el éxito de su espantada en los gobiernos autonómicos y la fuga de cargos subsiguiente, puede que se le quiten las ganas.

Los alcaldes del PP afectados por la amenaza aseguran que están muy a gusto con sus coaligados verdes y que no hay motivos para romper acuerdos. Pero eso también decían los populares en la Junta de Castilla y León, y después se ha notado que se han sentido más a gusto y más libres de ataduras desde que Abascal detonó la bomba.