Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Ahora sí que sí. Pareciera que nuestras autoridades se han tomado muy en serio la idea de trasfigurar Salamanca en la ciudad más verde y ecológica del planeta en un tiempo relativamente récord. Les vemos tan entusiasmados con la idea de convertir nuestra ciudad en la punta de lanza de la lucha contra el cambio climático, que nos tienen a todos con la boca abierta como tulipanes en flor. No me extrañaría nada que cualquier día acabarán contándonos en algún documental de la 2 que tenemos la suerte de vivir en el ejemplo más paradigmático y milagroso de lo que demandan las autoridades europeas del sector. ¿Y por qué no? Que inmediatamente nos cayera el gordo de la lotería en las ayudas y fondos contempladas por esta defensa tan militante y recalcitrante del pobre y deprimidísimo medioambiente.
Después de tantos años limitándose a cubrir de piedra y pavimento cualquier espacio libre, sin preveer espacios verdes que nos libren del inmundo calor acumulado en la baldosa interminable y el cemento al por mayor, estos últimos meses nos están sembrando la ciudad con todo tipo de floripondios de quita y pon, maceteros por doquier, naranjos de incierta supervivencia, jardincillos de raquítica apariencia que sueñan convertirse en paraísos terrenales, o trasplantadas y tristísimas flores que vienen preguntándose unas a otras qué pinto yo aquí tan desubicada estorbando y eclipsando las vistas de los monumentos más esenciales que constituyen lo más genuino, emblemático y valioso de la ciudad.
Resulta curioso, que este recientísimo y urgente interés por cubrir de verde que te quiero verde nuestras calles y el centro histórico de la ciudad, sin embargo, siga conviviendo con el desidioso abandono, la suciedad y la dejadez en que con frecuencia se ven sumidos buena parte de nuestros parques, esas zonas naturalmente verdes y que en efecto, deberían ejercer como pulmones de la ciudad donde la gente pudiese sentirse resguardada y cobijada del calor y las altas temperaturas. Lugares como La Alamedilla, Jesuitas, Würzburg, Cerro de San Vicente y otros donde la conciencia ecológica de nuestras autoridades parece naufragar en ese lodo maloliente que presentan algunas de sus fuentes y rincones.
Confiemos, sin embargo, en que la consigna no sea que no importa que los vecinos soporten habitualmente en sus paseos diarios esa perenne negligencia, mientras que la encantadora tropa de turistas pueda llevarse a sus lugares de origen o al Instagram una foto sonriendo bien colocada delante de cualquiera de esos horterísimos floripondios.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.