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Opinión

Un Gobierno impensable

El sanchismo también está envuelto en procesos judiciales que piensa controlar a través del Tribunal Constitucional

Domingo, 29 de septiembre 2024, 05:30

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Bien mirado, el cuadro que presenta el Gobierno de Sánchez es penoso: en las Cortes pierden multitud de votaciones y son incapaces de sacar adelante unos Presupuestos. A este propósito, el analista Ignacio Varela ha escrito lo siguiente:

«Que alguien que se sienta en el Consejo de Ministros afirme públicamente que con los presupuestos de 2023 se vive divinamente en el Gobierno y que no hay inconveniente alguno en permanecer así durante cuatro años -o los que sea menester- solo puede interpretarse como una exhibición de analfabetismo constitucional o, alternativamente, de infinita desfachatez. En el caso de Óscar Puente no es necesario elegir una de las dos hipótesis porque el personaje reúne generosamente ambas condiciones».

El sanchismo también está envuelto en procesos judiciales que piensa controlar a través de un Tribunal Constitucional que parece estar a su servicio. Ya es deplorable que Sánchez esté volcado no en defender la inocencia de Begoña Gómez sino en echarle la culpa al juez Peinado, cosa que casa muy bien con las prácticas trumpistas que parece haber abrazado y en la que ha empeñado a toda la maquinaria del Estado, desde la Fiscalía a RTVE, pasando por la abogacía del Estado, y por Moncloa, claro está.

Mientras, Sánchez ha convocado un congreso mediante el cual pretende eliminar las pocas voces que hoy son capaces de decirle al sátrapa cuatro verdades como puños.

Pero, eso sí, el sanchismo no para de meterse con el PP. Hace un par de días la vicepresidenta primera subió a la tribuna del Congreso a defender una propuesta. A ello dedicó cinco minutos y el resto de los treinta que estuvo hablando los empleó en malmeter contra Feijóo. La vicepresidenta calificó a Feijóo en menos de medio minuto de «cuñado triste y avinagrado, cenizo y amargón, líder menguante», etc., etc. Sólo le faltó añadir que le huele el aliento.

Y mientras tanto ya están abriendo la cartera para entregar el dinero de los españoles a los separatistas, que nos odian, como odian a todo lo que huela a España, empezando por nuestro idioma común.

En palabras del citado Varela, «en ningún lado de la trinchera en que se ha convertido la política española existe algo parecido a un proyecto de gobierno que ofrezca soluciones a la vez viables y deseables y con vocación auténtica de conseguir el respaldo de una mayoría social. En Ferraz y Moncloa cuentan cuánta gente sigue dispuesta a deglutir cualquier guiso condimentado con veneno con tal de que no gobierne la derecha».

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