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El proceso de envejecimiento (personas de 65 años y más sobre el total de la población) que está sufriendo Europa y con especial virulencia España se debe a la caída de la fecundidad y no a la evolución positiva de la mortalidad. Desde el punto de vista estrictamente demográfico, la inmigración atempera ese envejecimiento pero trae consigo problemas de integración que no trataré aquí.
En España, el porcentaje de ocupados con 50 años y más es ahora el 35 %, casi diez puntos más que hace diez años, y en el ámbito público es del 44,5 %. La edad media de los albañiles ha pasado de 38 años en 2008 a casi 50 años en 2023. Según datos del sindicato Csif, en los próximos diez años se jubilará el 60 % de la plantilla actual de la Administración General del Estado. Prepárense los jóvenes a realizar oposiciones. Los parados de 50 años y más suponen el 30% del total, cuando en 2014 eran el 21% y en 2004 poco más del 12%. Por otro lado, el paro juvenil en España (datos de Eurostat) sigue siendo muy alto: el 24,7% sobre la población activa.
¿Cómo se puede entender que se produzcan jubilaciones masivas y el paro juvenil siga tan alto? Un informe reciente del Banco de España muestra que el envejecimiento de la población ha contribuido «de forma notable» en las últimas décadas a reducir el dinamismo de las tasas de entrada y salida del empleo, así como la movilidad de un puesto a otro, y advierte de que este fenómeno se ha dejado sentir especialmente en la disminución del empleo juvenil, con una caída del peso de los trabajadores menores de 35 años desde el 46,3% en 2005 hasta el 28,6% en 2022.
El catedrático de la Complutense José Ignacio Conde-Ruiz declaraba a la periodista Cristina Alonso lo siguiente:
«Se tiende a pensar que si los mayores trabajan los jóvenes no encuentran trabajo y eso es falso». A su juicio, cuantas más personas trabajan en un país, más producen y más riqueza generan, porque las horas totales de trabajo se expanden. Prueba de ello es la incorporación de la mujer al mercado laboral en la segunda mitad del siglo XX: «La tasa de participación de los hombres no cayó».
Sea como sea, que la Seguridad Social incentive el retraso en la edad de jubilación no hará mal a nadie. Estoy pensando, por ejemplo, en los médicos que se encuentran en plena forma cumplidos ya los setenta y que aportarían unos conocimientos fruto de la experiencia de enorme utilidad para los pacientes. Ese retraso no puede darse entre trabajadores manuales, pero sí debieran incentivarse entre empleados con altas formaciones profesionales.
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