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Desde el mediodía del viernes 18 de octubre Cuba estuvo varios días sumergida en un apagón eléctrico. Una cubana llamada Susana Cuesta, que vive en Pinar del Río, le contaba sus penas a la periodista cubana Carla G. Colomé, residente en Nueva York: «Tengo mucho miedo, incertidumbre, impotencia… No sé a dónde vamos a parar. «Mi refrigerador se terminó de descongelar completamente. Se me echó a perder la leche de las niñas». (El País, 21-X-2024).
Un colapso total del sistema eléctrico cubano, junto al fallo de la central térmica Antonio Guiteras. Uno más de los desastres que asolan Cuba, sometida a una dictadura tan enemiga de las libertades como incapaz económica y socialmente. Una dictadura que ha tenido como lema Patria o muerte, muerte de hambre, me pregunto.
De aquellas vacaciones de Navidad de 1959 recuerdo que una mañana, estando yo todavía en la cama, mi padre entró en mi cuarto y me dejó sobre la colcha el periódico Alerta en cuya primara página ocupaba la cabecera el siguiente titular: «Los barbudos entran en La Habana».
-Te alegrará saberlo –me dijo sonriendo mi padre.
Y claro que me alegró, y los años que siguieron (yo frisaba en aquel inicio de año los diecisiete).
Mi castrismo se fue enfriando hasta desaparecer durante mi estancia en Chile, en los últimos meses de la Unidad Popular que encabezó Salvador Allende. Allí y entonces tomé conciencia de que Castro era un dictador peor que aquel a quien yo combatía: Francisco Franco.
En el verano de 2021 hubo un movimiento masivo encabezado por jóvenes cubanos que coreaban una canción titulada «Patria y vida». La periodista Maite Rico nos ha recordado estos días del apagón el origen de esa canción, compuesta y cantada por el rapero Yotuel Romero (casado con la española Beatriz Luengo). Las protestas de 2021 las encabezó el Movimiento San Isidro. «Eran gente con un sueño parecido al mío, luchando por las libertades desde el arte», explica Yotuel, que había fundado en Francia el grupo Orishas, pionero del sonido urbano latino. Eran ídolos en Cuba, a pesar de estar prohibidos por un Gobierno que consideraba el rap «música del enemigo».
Contra el criterio de su productor, Yotuel decidió grabar «Patria y Vida». Incorporó a artistas cubanos en el exterior, como Descemer Bueno y el dúo Gente de Zona. Pero también de dentro: Osorbo, el Funky, Otero... Los primeros acumulaban varios premios Grammy. Los segundos, entradas y salidas de la cárcel. Tenían algo en común: todos eran negros, de raíces humildes.
Ojalá que esas voces no se apaguen y los cubanos puedan empezar a vivir en libertad, ¡que ya es hora!
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