Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Bildu anunció el jueves pasado que había llegado a un pacto con el Gobierno para derogar la Ley de protección de la seguridad ciudadana (Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo), que fue calificada en su día como «ley mordaza». Ya en la pasada legislatura los grupos del Gobierno acordaron un proyecto de ley sobre el asunto que no prosperó, pues ERC y Bildu lo consideraron insuficiente. Pero ahora estos partidos separatistas sí apoyan este nuevo proyecto que, según anunciaron los herederos de ETA -encantados del éxito- ya dan por hecho que el pacto hará realidad en un plazo muy breve su deseo de desproteger a la Policía. Plazo que según el representante de Sumar, Enrique Santiago, podría ser incluso antes de finales de año.
En cualquier caso, los partidos de la investidura aseguran estar decididos a presentar enmiendas al proyecto en cuanto inicie su tramitación en el Congreso.
Al parecer, una de las innovaciones tiene que ver con las pelotas de goma, el material antidisturbios que utilizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que quedaría limitado de «acuerdo con los estándares internacionales y sustituido por otros medios menos lesivos».
Otra bajada de pantalones se referirá a las faltas de respeto a la autoridad, que ya no podrán ser sancionadas salvo que se trate de «insultos o injurias» y siempre que se trate de «expresiones relevantes» serán consideradas faltas leves y su sanción quedaría cancelada si la persona acusada de proferirlas se retracta o se disculpa.
No es la primera vez que Sánchez entrega a los herederos de ETA cosas tan impresentables, como lo fue la Ley de Memoria Democrática, por no hablar de la cesión de la política penitenciaria al Gobierno vasco, que está poniendo en la calle a casi todos los asesinos etarras sin cumplir las penas a las que fueron condenados.
Esta «ley mordaza» bien podría ser denominada «ley bozal», pues entre otras cosas persigue los insultos contra los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Un bozal que sirve para que el perro no muerda, y que la nueva ley quiere eliminar de la mano de un partido dirigido por políticos violentos, un partido que incluyó en sus listas a condenados por delitos de sangre y un partido que humilla a las víctimas al llamar a los asesinos «presos políticos».
Estamos ante un paso más de Sánchez y sus mariachis en contra de quienes sí defienden nuestra Constitución, que son, en este caso, los miembros de los cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Y si el Gobierno no se pone de su lado, ¿quién los defenderá?
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.