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Operación salida

No siempre existen culpas fáciles de achacar detrás de un accidente. También está el estrés y tener la mente en otro sitio mientras se conduce

Viernes, 4 de julio 2025, 06:00

Esta tarde comienza la primera Operación Salida del verano. Las carreteras de Castilla y León van a albergar más de medio millón de desplazamientos entre el viernes y el sábado que, según las estadísticas, se pueden traducir en hasta tres accidentes mortales.

En este balance no se va a incluir el accidente mortal que ha sufrido el futbolista del Liverpool Diogo Jota, que ha perdido la vida, junto a la de su hermano, tras una salida de vía en la provincia de Zamora.

Una pena que las últimas veces que nuestros vecinos han sido noticia a nivel nacional haya sido por accidentes de tráfico en sus carreteras, o porque el Ave ya no para en Sanabria. Una pena, también, que Salamanca no esté mucho mejor en ninguno de los dos sentidos.

Habrá que esperar para conocer las causas exactas del fallecimiento del futbolista, pero desde la DGT se ha apuntado al posible reventón de una rueda durante un adelantamiento. Diego Jota perdió el control del vehículo, salió de la vía y el coche empezó a arder con ambos ocupantes 'atrapados' dentro.

Repito que habrá que esperar a conocer más detalles para saber si el reventón del neumático pudo deberse a un exceso de velocidad -conducían un Lamborghini-, o a que el firme de la carretera parezca un campo de minas -que las hay en Castilla y León-, o simplemente al infortunio. Lo que vuelve a quedar claro es que en la carretera ni siquiera vale con hacer bien las cosas -lo otros conductores y la mala suerte también influyen-, pero conviene ser lo más sensato posible porque hay decisiones que se toman en cuestión de segundos y que condicionan el resto de la vida.

Decisiones como pisar un poco más el acelerador, ponerte por encima del límite legal y comprobar en el navegador que te la estás jugando para, a lo sumo, llegar al destino cinco minutos antes de lo previsto. A veces el acelerador lo hundimos para entrar en la glorieta antes que esa fila de vehículos que vienen por la izquierda, o para superar ese semáforo que está en ámbar a punto de cerrarse.

Uno de estos semáforos me puso a prueba este miércoles. Se puso en ámbar y casi de forma mecánica decidí pasarlo, teniendo en cuenta que era una opción 'segura' porque no había absolutamente nadie más en la carretera. Absolutamente nadie… a excepción de un coche de la Guardia Civil aparcadito a la derecha y que procedió a darme el alto. El agente me explicó que la corona de flores que adorna ese cruce no es por motivos estéticos, sino para recordar a alguien que perdió la vida en ese mismo punto. Me refrescó la memoria del 'teórico' del permiso de conducción, indicando que saltarse un semáforo con luz amarilla no intermitente es motivo de multa, siempre que pueda detenerme sin peligro. Y, por supuesto, me entregó un papelito de unos 30 centímetros de largo que me ha costado 100 euros, siendo buen pagador. La letra con sangre entra.

Hace años se generó una considerable polémica en torno a la dureza de las campañas de la DGT: mucha sangre, cristales sobre el asfalto, niños muertos y llamadas telefónicas de esas que nadie desea recibir. Posteriormente, un estudio -de muy dudosa fiabilidad- apuntó que esas campañas duras no eran más efectivas que las amables. Las conclusiones eran poco rigurosas, pero sí que apuntaban una idea interesante y es que detrás de un accidente de tráfico no siempre está el alcohol, la droga o la imprudencia. No siempre existen culpas tan fáciles de achacar. También cuenta el estrés, la ansiedad, el tener la mente en otro sitio mientras se conduce... Ténganlo en cuenta quienes salgan este fin de semana de viaje. Precaución.

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