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Sánchez, el profesional

Con Pedro todo es distinto. Protagoniza todos los días una clase magistral de cómo regatear el escándalo. En eso tiene mucho mérito

Lunes, 25 de noviembre 2024, 06:00

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Hay que ponerse en manos de profesionales. Esto es una verdad como un templo. Si eres un inútil redomado para hacer arreglos en casa, pues necesitas un manitas. Si tienes cualquier dolencia, los médicos son tu solución. Si quieres invertir, vete a un asesor financiero. Y así sucesivamente con todo. Estos profesionales tienen experiencia, oficio, son conocedores del mercado y sus habilidades para tal actividad son destacadas. Esto es lo que le sucede a Pedro Sánchez, que es un auténtico profesional en esquivar escándalos que derriban a gobiernos. Cualquiera en su situación estaría de los nervios, sin saber qué hacer, viendo fantasmas por todos lados, desesperado por ver cómo su Gobierno hace aguas por estribor, popa, proa y babor. Pero él ni se inmuta. Es un especialista en el escapismo. Es un superviviente. Duerme a pierna suelta aunque desayune corrupción con el café.

Ahora tira de la manta Aldama y supuestamente las mordidas, los sobres y los favores circulaban por los despachos como folios y esas carpetas que te regalan en cada acto y que, como asistas a muchas reuniones, acaban sepultando el escritorio del más pintado. ¿Ha sido valiente Aldama tirando de la manta o es que no tiene nada que perder? Las dos cosas, pero creo que ha subestimado a Sánchez. Cualquier otro presidente en la historia de la democracia española habría renunciado después de todo esto y estaríamos buscando fecha para las próximas elecciones generales, pero con Pedro todo es distinto. Protagoniza todos los días una clase magistral de cómo regatear el escándalo para seguir pernoctando en La Moncloa. En eso tiene mucho mérito.

¿Y cómo lo hace? Pues para ciertos perfiles profesionales se precisan una serie de habilidades (también conocidas como skills, que en inglés en las reuniones queda mucho mejor). ¿Puede todo el mundo sobrevivir como lo hace él? Esto está al alcance de muy pocos. Para empezar, no hay que tener escrúpulos y la conciencia hay que mandarla de vacaciones al Caribe con el billete solo de ida. Después, hay que creerse el personaje y es que cuando mientes tanto y a tantas personas lo primero es interiorizar las propias trolas. Para esto hay que valer. Solo un profesional del engaño puede sobrevivir en la cuerda floja tanto tiempo y esquivando misiles de todos los colores.

¿Es su final? No. Mañana convoca elecciones y estoy convencido que sale de nuevo. La única vía para acabar con esta pesadilla es que sus socios de Gobierno le suelten la mano, pero eso ya les digo yo que no va a suceder. Independentistas y herederos del terrorismo odian la corrupción del PP y de la derecha, pero cuando es el PSOE el que les da lo que quieren y les hace ganar dinero viajando a su odiada capital de España, miran para otro lado. También hay que comprenderles. Son los primeros en desear que España sea un estado fallido y con el actual presidente es el camino más rápido a que todo colapse.

Mi capítulo preferido de esta temporada de la serie de Netflix 'Sánchez, el escapista' es el de la famosa foto entre Aldama y Pedro Sánchez. Aldama declaró ante el juez que la foto con Pedro Sánchez no fue casual: «Quería conocerme. Me dijo 'gracias por lo que estás haciendo, me tienen informado'». Y Sánchez y sus ministros diciendo que era un admirador de los miles que tiene que no conocía de nada y que solo le concedió el honor de hacerse una foto con él. Fantasía. Me fascinan la series, pero esta ya no me hace gracia ya que me complica la vida. Lo peor de todo es que no han rodado todavía el capítulo final de este sainete.

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