Elisa, Elisa y Elisa
Hoy he decidido escribir este artículo escuchando de fondo el tema de Beethoven “Para Elisa”, que es todo un clásico. Y he tomado esta decisión ... por dos motivos: el primero, porque, según los expertos consultados, es el nombre de la prueba más fiable a la hora de tener una radiografía lo más exacta posible del coronavirus en España; el segundo, porque se trata de una “pieza” musical relajante, algo necesario para mi estado de ánimo, que bien puede definirse de indignación. ¿Cómo es posible que cuando se van a cumplir dos meses desde que se proclamó el Estado de Alarma, todavía no se hayan hecho pruebas a todos los miembros de la cadena sanitaria, tanto en el conjunto de España, como en Castilla y León, o, por lo menos a la mayoría? Y eso vale para el resto de los colectivos que están más expuestos al contagio, o son, en principio, más vulnerables a esta pandemia, como los mayores. ¿Por qué no ha habido todavía una campaña para realizar las pruebas como Elisa en todas las residencias de ancianos? Vale que las pruebas no curan, pero supongo que sí sirven para saber qué es lo que está pasando. Podríamos hablar de tres pasos: primero, conocimiento; en segundo lugar, diagnóstico y su confirmación y, por último, concentrar las actuaciones y el tratamiento sobre los realmente afectados, para evitar que sigan contagiando.
Hubo errores en la gestión, o más bien en la falta de gestión, antes de la pandemia; también cuando comenzó y durante su desarrollo. Pero que se persista en los errores en el momento actual parece inconcebible. ¿Alguna autoridad competente, es un decir, puede dar una explicación sobre las razones existentes para que, a fecha de hoy, no se hayan generalizado las pruebas, comenzando por los colectivos prioritarios? Por falta de capacidad de los laboratorios no puede ser, porque sumando los de sanidad humana y veterinaria, los públicos y privados, hay de sobra y su proceso es prácticamente automático, una vez que se ha tomado la muestra de sangre del individuo. ¿Dónde está el problema, entonces? ¿Acaso en que, a fecha de hoy, dos meses después del confinamiento, los gestores todavía no han logrado hacerse con el número de pruebas suficiente? Ya va siendo hora de que comiencen a dar explicaciones. De momento, la única gestión que hay es la del Estado de Alarma. Como no han sido capaces de garantizar nuestro derecho a la vida establecido en la Declaración Universal de la ONU, ahora también conculcan nuestro derecho a la libertad de movimientos establecido en el mismo documento. ¡A ver si se enteran: Elisa, Elisa y Elisa! Primero, la E; luego, la L; después, la I; a continuación, la S, y, por último, la A. No es tan difícil.
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