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¿Cuánto vale un escaño en las Cortes?

Miércoles, 7 de abril 2021, 05:00

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Asumismo de entrada que esta pregunta tiene casi infinitas respuestas, en parte, porque depende de otra interrogación ¿Cuánto están dispuestos a pagar? Mandan oferta y demanda, y esa ley hace que sea especialmente goloso y rentable convertirse en el procurador ‘número 41’ que necesitan PP y Ciudadanos para respirar con tranquilidad en las Cortes autonómicas. El huracán de la precipitada moción de censura del PSOE se llevó por delante la precaria mayoría del matrimonio Mañueco-Igea, el adiós a Ciudadanos de la salmantina María Montero les deja buscando sostén para lo que resta de legislatura y las opciones no son muchas.

De todo el arco parlamentario, hay un escaño rodeado en rojo, en el que se sienta el procurador de Por Ávila, Pedro Pascual. De repente es más listo, más alto y más guapo. La formación abulense, surgida de una escisión del Partido Popular después de que Pablo Casado se metiera a enredar en su casa postiza, parece la más pegada ideológicamente al Gobierno de coalición. Es más, tras las últimas elecciones, en el entorno de Mañueco se insistía en que los díscolos de Ávila ‘son de los nuestros’, así que nada más fácil que cerrar un acuerdo de legislatura que garantice la estabilidad.

Pero aquí no hay pactos gratuitos, así que el alcalde abulense, el que lleva las riendas, no ha querido disimular y ha dicho aquello de “¿cuánto hay para Ávila?” El verdadero valor del escaño dependerá de hasta qué punto abra la chequera el Gobierno regional, que no parece que vaya a tener que empeñarse mucho para sumar más aliados a la causa.

Es muy interesante la reciente aparición en escena de estos partidos provincialistas, que incluso han llegado al Congreso de la mano de Teruel Existe. Mientras en Soria Ya deshojan la margarita sobre si dan el paso de la reivindicación social a la política, en Por Ávila ya han descubierto que la fórmula del éxito tampoco es tan difícil. ‘Lo primero, siempre y por encima de todo, lo nuestro’, un mensaje que cala como fina lluvia entre unos vecinos cansados de que los grandes partidos repartan la ración desde Madrid y a ellos, siempre, les toque el currusco de pan, y duro. Es posible que, en la próxima cita electoral, la nómina de provincialistas se dispare, complicando aún más la aritmética de pactos.

Unos partidos crecen mientras otros sobreviven a duras penas. Lo sabe bien Inés Arrimadas, que se ha acercado a Castilla y León para posar en la foto que se buscó antes de la fallida moción del PSOE. Más cómoda con Mañueco que con alguno de los suyos, ha dicho que sí, que habrá pacto con el PP hasta el final de legislatura. La duda es saber hasta qué punto lo que defienda hoy Arrimadas pueda tener validez en unas semanas. El 4 de mayo hay ‘movida’ en Madrid y ahí se juegan muchas cosas. Si todo depende de un solo escaño, ese valdrá mucho, mucho más, que el que se vende en las Cortes.

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