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Lorena G. Vizcaíno, autora del artículo, con un gran ejemplar de jabalí abatido durante una montería.

La seguridad en las monterías, una práctica minuciosa

Hace una semana comenzó de nuevo la temporada de monterías, donde la integridad de todos los participantes debe ser el mejor trofeo

Domingo, 3 de octubre 2021, 17:55

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Según la nueva Ley de Caza y Gestión Sostenible de los Recursos Cinegéticos de Castilla y León durante las monterías, ganchos u ojeos, en los que portemos arma larga rayada, todos los participantes estarán obligados a llevar una prenda exterior de alta visibilidad que cubra el tronco. El color más habitual para este tipo de prendas es el naranja, y puede ser chaqueta, chaleco o similar.

Una vez nos coloque el postor no deberemos movernos del puesto bajo ningún concepto. Él será el que nos coloque y una vez finalizada la jornada, el que nos recoja del mismo lugar donde nos dejó. No hemos de mejorarnos, no solo por nuestra propia seguridad, también por la de nuestros compañeros.

Tampoco iremos a pistear, esa tarea se debe llevar a cabo una vez haya finalizado la cacería, cuando ya no haya armas en posición de tiro ni se ponga en peligro la vida de nadie. Entiendo que nos pueda la curiosidad por saber que tan impresionante es la pieza que hemos abatido, pero del mismo modo son igual de impresionantes la cantidad de accidentes que tienen lugar debido a este tipo de acciones. Recordemos que si los puestos están colocados como están, es atendiendo a medidas de distancia por seguridad. En caso de agarre, lo acertado es esperar a que llegue algún perrero y remate a cuchillo. Y si acudiésemos a un agarre cuya proximidad sea inmediata, avisaremos a nuestros vecinos para que nos tengan siempre localizados.

Una vez colocados, hemos de observar con detenimiento la posición que ocupamos, y tener en cuenta las instrucciones que nos dio nuestro postor. No se dispara al viso, ni al bulto, ni al monte donde se está llevando a cabo la batida con los perros. Hemos de tener la certeza de que esa bala se enterrará en caso de no impactar con la pieza. En cortaderos debemos tener muchísimo cuidado con los tiros a las reses que nos entren a contramano, es preferible no tirar. Nunca dispararemos sin estar completamente seguros de lo que estamos apuntando y nunca dispararemos en línea con nuestros compañeros.

Dejaremos cumplir las reses. Si una res se dirige en carrera hacia el puesto vecino, no interrumpiremos su carrera.

Importante el respeto a los perros

No hay que pegarles, si se agarran a la res abatida. No está mal que muerdan durante un tiempo prudencial, después podemos ahuyentarlos con una rama. Si se diera el caso, que ojalá no, en el que por accidente matemos un perro, hay que comunicarlo al perrero o dueño de la rehala lo antes posible. Las reses se discuten siempre en el monte y teniendo presente la regla de la primera sangre que es la que prevalece.

Si cumplimos pulcramente con las normas dictadas anteriormente, rara vez sufriremos accidentes evitables, nosotros, y aquellos que nos rodean.

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