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Álvaro Gómez (27 años) ha sido el padre del último mes en Unionistas; en el más amplio sentido de la palabra. Porque ha sido el jugador más valorado por la afición por sus grandes actuaciones, en este octubre en el que ha recuperado su sitio en el once titular; que en el lenguaje del mundo stream y de las redes sociales ahora se resume en «padrear». Por la renovación hasta 2026. Y, también —sobre todo, más bien—, porque desde hace nada (25 de agosto) lo es de Marco.
«Padreo lo que puedo...», dice enseñando una sonrisa en la boca sin apartarse de su pequeño, del que no se ha separado estos dos días de descanso decretados por Llácer tras el gran triunfo frente al Real Unión, del que tuvo mucha culpa. «Como padre ha sido un mes complicadísimo, es muy pequeño y cada día es un mundo. Con tres viajes seguidos sin descanso noto que he perdido mucho tiempo con él», dice algo agobiado todavía el extremo salmantino, que no duda en darle las gracias a su pareja, Marina, por el esfuerzo de este mes: «Ha sido una pieza fundamental, se lo agradezco increíblemente. Estos meses que vienen que serán más tranquilos en viajes —si Unionistas sigue avanzando en Copa ya será siempre con el factor cancha de cara— podré compensárselo».
Lo de que la paternidad cambia la vida no es una frase hecha; es la realidad. Y en todos los ámbitos: «En lo deportivo también, me ha sorprendido», asegura. «Todo el mundo que ha sido padre te lo recuerda, te lo repite, te lo dice una y otra vez... Pero es que es así. Tener un bebé es todo un reto, él necesita el cien por cien de ti y tú se lo tienes que dar. Y no sé desligarme de ese modo en todos los ámbitos de mi vida. Veo que mi pareja también lo da todo tanto por él como por mí, para ayudarme a conciliar, y qué voy a hacer...», reflexiona el orgulloso papá de Marco.
En ese dar el cien por cien ha influido mucho que el bebé también pone lo suyo: «Se porta genial, quitando algún cólico no da un ruido. Yo con él soy como en el campo, muy activo. Trato de transmitirle buenas vibraciones y sentimientos cantándole todo el rato». ¿Alguna de la grada? «Nooo... Estamos con el gallo Bartolito». Ríe a carcajadas.
El momento favorito de Álvaro Gómez desde que llegó Marco al mundo fue verle la cara nada más nacer. El segundo, saltar con él al campo del Reina Sofía en Liga: «Fue una experiencia brutal, me la imaginé mucho cómo sería y la superó con creces. Después de verle nacer ha sido uno de mis momentos más felices»
Esa resistencia a cantarle, por el momento, «Había una vez; un equipo que sólo quiere te quieros; que no corre por dinero», que es el heat del momento en el Reina Sofía se extiende al resto del mundo fútbol, pese a que ha pisado el estadio tanto en la grada como en el césped. «Todavía no es socio, no. Es un bebé... Como padre no quiero condicionarle en nada, que elija lo que él quiera. Si le gusta el fútbol y quiere ser socio, que lo sea, que lo detesta, estupendo», señala el salmantino, que ha tomado la decisión de no ser «el típico padre» que quiere que su hijo sea futbolista a toda costa: «No lo voy a hacer porque a mí nadie me lo impuso, lo elegí yo y es una de las cosas que más felices me han hecho en mi vida», concluye.
En ese afán porque Marco tome sus propias decisiones en torno al fútbol, todavía le queda una duda por resolver, si será él quien le cuente que le hizo un gol al Barça en Copa o no: «Supongo que tal y como está el tema de las redes se enterará antes de que pueda decirle yo algo».
Álvaro Gómez alcanzó el pasado domingo los 50 choques con Unionistas, lo que le convierte en el jugador número 15 con más partidos desde que el club llegó a la categoría de bronce. Palabras muy mayores. Hasta tal punto tienen envergadura los datos, que el salmantino está a tan solo 10 encuentros de igualar su techo de partidos vistiendo un mismo escudo, que hasta ahora tiene fijados en los 60 encuentros que disputó en la UD Alizar, donde le cambió la vida al conocer a Dani Ponz.
Sus 50 choques se reparten de la siguiente manera: 2.878 minutos, 32 partidos titular y 18 jugando apareciendo desde el banquillo, 4 goles celebrados y 4 asistencias. «Estoy muy contento, tengo ganas de seguir para adelante y de que aprovechemos esta buena dinámica que hemos cogido», asegura.
En estos 50 partidos, Álvaro Gómez ha jugado de todo menos de portero; el último día, de '8', posición en la que sorprendió a la grada, pero que es la que mejor conoce de todas: «Ahí es donde más he jugado siempre, es verdad que luego los entrenadores te llevan por otros caminos. Pero esa posición es la que más conozco. No voy a decir que la que más cómodo me siento porque no es verdad y así se lo dije en su día a Ponz y ahora a Dani Llácer: donde me pongan, ahí será donde más a gusto voy a estar, eso seguro», concluye. i
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