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El estadio Helmántico solo tuvo que esperar ocho minutos para ver como las palabras se transformaban en hechos. «Este partido lo tenemos que ganar» o «no hay más motivación que ganar en casa», habían sido los mensajes que el vestuario decidió lanzar tras el rayo de luz que fue el empate frente al líder Numancia el pasado domingo en este mismo recinto. El conjunto blanquinegro salió como un cohete; ayudado, en parte, por el chubasco que cayó mientras los dos equipos calentaban y que le dio la humedad extra al nuevo césped del Helmántico para que el balón corriera como quería el Salamanca UDS. Especialmente Alvarito y Juancho, que fueron los que primero tomaron la iniciativa de lanzar al equipo hacia la meta de Puras. En un parpadeo el primer «uy» ya recorrió el estadio de Fondo a Fondo. Cristeto había rematado con un zurdazo marca de la casa la primera acción de ataque albinegra sin que se hubiera llegado al minuto 5 de encuentro.
Con el balón de vuelta al rectángulo de juego desde el Fondo Norte (el remate se había marchado por encima del travesaño), el Salamanca UDS siguió apretando a la débil defensa del Laredo, que hacía aguas en cuanto los blanquinegros le ensañaba un poquitín los dientes. En una de esas recuperaciones el balón le acabó llegando de nuevo a Cristeto en la frontal del área; y, sin pensárselo, el salmantino de nuevo lo intentó desde la larga distancia ahora con un zapatazo que tuvo muchísima más intención y picante que el primer envío. Tanto, que Puras tuvo que emplearse a fondo para mandarle el balón a córner.
En ese tercer intento del balón parado, donde tanto le cuesta al Salamanca UDS, el conjunto blanquinegro encontró el premio del gol al buen arranque de partido que estaba firmando. El balón enviado al segundo palo se encontró con Murua por demerito de la defensa del CD Laredo, que trataba de maniatar al central reconvertido en lateral derecho en estos últimos encuentros. El caso es que el esférico le cayó en la punta de la bota izquierda y Puras no pudo hacer más que la estatua para quejarse del remate a bocajarro que habían permitido sus compañeros.
El gol le sacó una mueca al Helmántico, mientras trataba de quitarse el frío que ha caído a plomo sobre Salamanca de un día para otro. Y al equipo le quitó tanto el peso de encima de no haber estado todavía por delante en el marcador en el Helmántico en lo que va de Liga, que se dejó subir a las barbas al Laredo, que pareció mucho más equipo en ataque que el Numancia. Porque atacó clarito y en dos verbos el área de Eric Ruiz para hacer retroceder, primero, al conjunto blanquinegro. Y después empezar a finalizar jugadas. De la gavilla de acciones que remató con disparos el Laredo ningún tuvo el parangón del derechazo cruzado de Poo, que obligó a Eric a estirarse para salvar el empate del conjunto cántabro. En medio de las muchas acciones del CD Laredo, que recuperaron el runrún en la grada a chispazos, Curro tuvo el segundo tanto para el Salamanca UDS con un tremendo misil enviado desde la frontal.
El paso por vestuarios no le cambió un ápice la cara al partido. De hecho, lo primero serio que sucedió en el segundo tiempo es que el Laredo intentó sorprender con un trallazo de Isuardi que se topó con la espalda de Amaro cuando el balón iba camino de la meta de Eric Ruiz. Ni con esas. El partido no encontró su punto de break hasta que los banquillos movieron ficha. Caramelo y Villajos reemplazaron a Ares y Emaná a la hora de partido y aunque a la afición no le gustó o no entendió mucho el cambio, lo cierto es que en menos y nada el equipo se reactivó para amarrar el primer triunfo de la temporada en casa. Nada más entrar en juego sacaron un córner de la nada en la que el partido se precipitó hasta la goleada: Torre cometió penalti por agarrón sobre Casado, el Laredo se quedó con uno menos y Maikel Villajos amplió la ventaja con suspense, pues el meta le paró el lanzamiento desde los once metros, pero no pudo con el rechace posterior. Aunque Peña puso cierto suspense con el 2-1 nada más sacar del centro del campo; lo cierto es que el triunfo no se le iba a escapar a los blanquinegros que, por si acaso, ataron el resultado con un gol de más de 30 metros de Caramelo, otro con cierta fortuna del propio Miakel Villajos y uno final de Olivera en la última acción del choque.
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