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El «ahora nos toca a nosotros» con el que el Salamanca UDS lanzó hace una semana su campaña de abonados para la temporada 2023/24 en Tercera Federación lo ha hecho suyo la afición. Y de esta manera, y no de otra, el club ha conseguido en tan solo cinco días hábiles de renovación y venta de abonos superar holgadamente la barrera de los 3.000 carnés despachados; que puesto en el contexto global del club es ya menos de medio camino de superar el récord histórico del conjunto del estadio Helmántico, que data de antes del covid; en concreto de la campaña 2019/20, en la que un total de 6.000 personas (cifra ofrecida en su día por el club) se hicieron abonadas.
Desde entonces, la pérdida de espectadores había sido más que notable —la desafección con el club iba de la mano con el rendimiento deportivo— hasta que el pasado curso el conjunto albinegro dio con sus huesos en la quinta categoría del fútbol nacional y algo hizo clic. Primero fue el incremento en el número de abonados con respecto a la campaña precedente (curso 2021/22), cuando la dirección general acotó el abono a tan solo 1.200 espectadores, que era el suelo de abonos desde que Lovato cogió las riendas del club de la carretera de Zamora; la ilusión por el ascenso a Segunda Federación, finalmente frustrado por el Sant Andreu, hizo el resto: contra el Atlético Astorga se superaron los 6.000 espectadores en el Helmántico y ante el Sant Andreu se batieron todos los récord de afluencia para ver al Salamanca UDS jugar de local.
Pese a la derrota, queda claro, que ese choque reavivó la llama de la ilusión en la parroquia albinegra sin disimulo; y así, es como el club ha superado la barrera de los 3.000 abonados en tan solo 4 días, dato que es inédito en la historia del club.
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