La ELA corona la Peña de Francia

El pasado mes de enero perdió la voz —ahora se comunica con un teclado conducido por el iris de sus ojos— y su idea estaba clara: subir la Peña de Francia desde su pueblo materno, San Martín del Castañar. Además, es que tenía clara cómo iba a ser, con la asociación Ezina Ekinez Egina de Amurrio (Álava), y que ha recibido los beneficios de la marcha, y que hace un año nació para ayudar con sus sillas yolet a personas con movilidad recudida.

“Ha sido pan comido”, relata su hermano Vicente aún emocionado de las cuatro horas de subida que no sólo él, su hermano y sus amigos de la asociación completaron en la mañana de este domingo; sino las 300 personas que decidieron acompañar a José Luis Capitán en su nuevo reto. “No sólo es que le hayamos acompañado, es que hemos podido hasta tirar con él en momentos de la ascensión. Han estado nuestros padres, nuestro otro hermano, Manolo, su padrino, el grueso de la familia, amigos que tiene en Madrid por el atletismo, los que fueron sus discípulos entrenando en Oviedo, sus compañeros de profesión...”. De hecho, todos ellos portaron una camiseta en la que se leía el lema “maestro y deportista”, que han sido los dos motores de su vida.

En total, la ascensión se prolongó cuatro horas: desde las 8 de la mañana hasta las 12 del mediodía, cuando nada más coronar el capellán de la Peña de Francia le entregó la medalla de la Virgen ganada a base de bien: “Ha sido precioso”.