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Jaime García
Salamanca
Lunes, 25 de noviembre 2024, 10:26
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Carlo Ancelotti y Davide Ancelotti conforman un binomio idílico al frente del Real Madrid. Padre e hijo liderando desde el banquillo, pero, no hay que irse demasiado lejos para encontrar un caso similar. En esta ocasión, el club no es otro que el Hergar, donde Justo Cotobal, como primer entrenador, y Adrián Cotobal, como segundo, llevan las riendas del conjunto rojillo. Y, por si fuera poco, su hijo más pequeño también forma parte del mismo equipo como jugador. Sus caminos se unieron al comienzo de esta temporada cuando Adrián recibió el 'OK' del Hergar para unirse al cuerpo técnico junto a su padre.
«La temporada pasada me uno al equipo, y bueno conmigo viene Miguel (jugador). Ambos nos adaptamos muy bien y me encuentro con un gran grupo humano tanto dentro del campo como fuera de él con los padres y miembros del club», inicia Justo Cotobal, que junto al menor de sus hijos llegó hace justo un año al Hergar. Después de completar una campaña «muy buena» al enlazar catorce jornadas sin perder, Adrián Cotobal de 16 años, toca la puerta de su padre para preguntar si se puede unir a esta aventura con su hermano y con él (padre), pero, desde el banquillo. «Ya el año pasado vi que se iba interesando con preguntas y demás, pero no es hasta este verano que me pregunta directamente si se podría unir a nuestro cuerpo técnico». Cotobal pregunta en el club, y la respuesta no se hizo esperar: «Como padre no me podía negar, y el club acepta, además, en un momento perfecto para todos. Con su 'fichaje' lo que pretendo es que, a sus 16 años, tiene mucho recorrido y, el mejor sitio donde puede llegar a aprender, en mayor o menor medida, es con su padre en su primer año», expresa el primer entrenador del Hergar D.
«Mientras me saco el título de UEFA C, pues puedo aprender de primera mano con mi padre. Ya el año pasado quería entrenar, y una vez cumplo los 16 años, que puedo sacarme el título entrenador, se lo pregunto», cuenta Adrián, segundo entrenador del Hergar que desprende veteranía en cada palabra. Otra de las razones para aceptar su fichaje fue el interés que mostraba Adrián en pretemporada con el aspecto físico del equipo, lo que semanas después ha hecho que su llegada caiga de la mejor manera en el cuadro cadete del Hergar. «Prácticamente la parcela física del equipo la dirige Adrián solo. Y te puedo decir que con la edad que tiene hasta el momento, no solo yo, los jugadores están sorprendidos», expresa su padre. A lo que añade su hijo y acompañante en el banquillo: «solo pienso en mejorar al equipo y a mí como entrenador, porque tú no dejas de ser el entrenador y tienes que inculcar unos valores que les puedan servir para el futuro a ellos y a ti». Si no fuese suficiente con ello, el equipo cuenta con un tercer rostro familiar, el de su hijo menor, Miguel Cotobal. «Sinceramente estoy ya acostumbrado, ellos no dejan de ser mi padre y mi hermano y sé que solo quieren enseñarme por mi bien».
Sin embargo, como en todo vestuario los problemas se intentan dejar en el campo, pero, cuando la familia está metida de lleno es muy complicado no seguir hablando del partido en la misma comida. «Lo intentamos, pero no te vamos a engañar, no podemos dejar de hablar del equipo en casa», acuñan los tres. «Acaba siendo inevitable porque siempre después de los partidos o entrenamientos hay cosas que comentar», dice el hijo mayor, aunque, las filtraciones no existen, ya que como comenta Miguel: «Todo se queda entre ellos, no me dicen nada».
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