Hatar se sincera en su puesta de largo: «Odiaba jugar en Salamanca»

En Würzburg se respira ya ambiente de remontada, las llegadas de Horvat pero especialmente de Hatar le han cambiado el paso al Perfumerías Avenida. «Veníamos de estar con seis o siete jugadoras y a veces casi ni poder entrenar porque había que dar descanso a la gente para poder jugar. De eso hemos pasado a unos entrenamientos que son una maravilla: poder tener once jugadoras, contar con dos chicas de la cantera, significa el inicio una reconstrucción pasito a pasito de lo que queremos ser como equipo, generar esa química y empezar ese proceso de ser un gran equipo para volver a estar lo antes posible al nivel de hace quince días que era muy buen nivel», explicó Pepe Vázquez.

Dicho esto, el preparador gallego metió el bisturí en lo que deben aportar sus nuevas jugadoras: «Completamos el juego interior que teníamos maltrecho después de las lesiones de Fasoula y Prince. Contento de volver a sumar piezas en este apartado, aunque ya veis como estamos en otros. Chantel nos da esa versatilidad de cuatro incluso pudiendo jugar algún minuto como tres alto para poder postear y sacar ventaja contra rivales más pequeños. Sobre Hatar, como dijo el presidente —Jorge Recio fue el encargado de dar la bienvenida a las jugadoras—, era una pívot top hasta la lesión determinante que aquí se sufrió. Entre todos la vamos a ayudar para que recupere su nivel. Es diferencial en el aspecto defensivo, y en el ofensivo porque pese a su altura tiene mucha movilidad, que corre pista, que puede tirar a 5 metros con garantías, y cuando vaya ganando confianza va a volver a ser determinante en Europa».

Seguidamente tomó la palabra Hatar y se sinceró a lo grande: «Si soy honesta odiaba jugar aquí en Salamanca porque la afición tiene muchísima energía y era duro. Ahora es una bendición saber estarán detrás de ti», dijo como carta de presentación la pívot húngara de 2,08 metros de altura.

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