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Martes, 11 de marzo 2025, 13:47
El pequeño pueblo de Salto de Castro, situado en la provincia de Zamora, en la frontera con Portugal, ha dejado de estar deshabitado tras décadas de abandono. Con la llegada de sus dos primeros empadronados en 20 años, la localidad ha renacido gracias a una sorprendente adquisición: el empresario californiano Jason Lee Beckwith y su esposa, Ana Cristina Machado, lo han comprado por 310.000 euros con el sueño de convertirlo en un referente del turismo de naturaleza.
Construido en la década de 1940 para albergar a los trabajadores que edificaron la presa de Salto de Castro, el pueblo cuenta con 44 viviendas, una iglesia, una hospedería, un bar, piscina y antiguas instalaciones deportivas. Sin embargo, la despoblación y la falta de oportunidades lo dejaron completamente vacío durante los últimos 20 años. Ahora, con dos nuevos vecinos, comienza una nueva etapa para este enclave de la 'España vaciada'. «Amo a España y esto es lo que puedo hacer para ganarme mi lugar», declaró Lee días después de haber adquirido la localidad -a finales del año pasado-, añadiendo que, cuando vio el anuncio, «fue como si se encendiera un interruptor en mi cabeza».
La historia de esta revitalización comenzó cuando Jason Lee Beckwith, sin haber pisado antes Europa y sin hablar español, descubrió por casualidad que Salto de Castro estaba en venta. Intrigado, decidió viajar a España para conocerlo y, enamorado de su paisaje y su potencial, tomó la decisión de comprarlo. Su objetivo es posicionar a Zamora y a los Arribes del Duero en el mapa mundial del ecoturismo.
El plan de Beckwith contempla la rehabilitación de las infraestructuras existentes y la creación de un destino sostenible que atraiga viajeros de todo el mundo. En una primera fase, se recuperarán la iglesia y la hospedería, mientras que, en una segunda etapa, se rehabilitarán las viviendas y otros servicios. Con este proyecto, Salto de Castro podría convertirse en un ejemplo de recuperación de la España rural.
La llegada de Jason y Ana Cristina supone un hito en la historia reciente del pueblo. Con sus nombres registrados en el padrón municipal, Salto de Castro deja atrás el abandono y da la bienvenida a una nueva oportunidad para revivir su pasado y construir un futuro lleno de posibilidades.
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