La situación es de unos ganaderos a la espera, como si con ellos no fuera la cosa. Y es de otros, muy asustados. Por lo que tienen o por lo que pueda llegar. Que miran a Extremadura o Andalucía y la lengua azul está ahí. Y la amenaza de la dermatosis nodular. Y vendrían bajas de la cabaña ganadera, está en juego la exportación y los precios. Y está en juego el mercado del pienso y también por eso el de los cereales. Que no se sabe qué pasaría, pero preocupa, al que le preocupa. Que está el ganadero y luego está la administración, ahora a lo suyo, de vacaciones. Y así estaba cuando la EHE. Y así estuvo: sin creer al ganadero ni escuchar sus quejas.
Y hay vacunas frente a la lengua azul y hay vacuna frente a la dermatosis nodular y hay vacunas frente a la EHE. Y esto no es tan fácil como que el ganadero diga pues vacuno y ya. Y si no lo hace, que menudo irresponsable. No es tan fácil como enfadarse con el ganadero porque no lo haga. Y esto viene porque también está la tentación de ayudar sólo, si la cosa se pone mal, al que vacunó. Y esto no puede ser. Empezando porque la vacunación está contemplada como voluntaria.
No lo tiene tan fácil el ganadero porque, primero, no sabe qué hacer. Si vacunar o no. Que no es científico, que no es veterinario. Le dicen que sí y cuando pregunta que de cuáles, Ministerio y Junta le remiten a su veterinario. Y el año pasado se detectaron los serotipos 1,3, 4 y 8 de la lengua azul, y, primero, no se sabe si vendrá alguno nuevo o cuál afectará de esos, si afecta. Segundo, por miedo a posibles efectos secundarios por si le da por poner una o todos, que se unen a las habituales del año, que son otra tropa. Y luego, las dudas de si merece la pena vacunar, y escucha que hay positivos de lengua azul incluso en animales vacunados, que lo ha dicho APAG Extremadura Asaja. Y luego está el coste de las dosis, que Castilla yLeón las regala pero otras comunidades, no. Y está el de administrarlas, que va por cuenta del ganadero aunque la enfermedad venga porque llega un mosquito y no le vas a poner una mosquitera a la vaca que pasta. Y predominan los que, con todo lo anterior, esperan. Y otros que, como pasaba con el covid, temen que si no van todos a una, la cosa irá a muy mal o a peor. Unos, muy preocupados. Otros, cruzando los dedos. Que malo será, y más sin son vacas. Que hay poca información. Que no hay coordinación. Que el director general parece que no ha llegado. Que lo que pasa en el campo tarda mucho en llegar a los despachos.