Ese comprador de Marruecos

Ahora resulta que es raro que un ganadero, principalmente de ovino, no cuente que no tiene en la puerta de su casa a alguien de Marruecos que le quiera comprar los corderos. El de vacuno lo tiene también, pero suele ser a través de un amigo de un amigo. Y si no está hoy el de Marruecos o el amigo del amigo, todos tranquilos porque vendrá mañana. Y si un día le vende esos corderos, cuenta que cada día le llama en busca de más porque ahora es para el Ramadán y luego, para la fiesta del cordero. Y los euros que ofrecen son barbaridades porque desde su país, que no atraviesa un buen momento en el censo por la sequía, se incentivan estas compras en España. Total, que estas navidades el lechazo está en precios impensables, pero igual están los terneros. Y el ganadero sabe, en este caso sobre todo el de vacuno, que si quiere vender, siempre tiene comprador y además él pone el precio. En el mercado se ha pasado de que un ternero vendido por 600 euros fuera caro, a no encontrar animales de ese peso por menos de 1.000, más que nada porque cada vez el censo es más bajo y hay más demanda. Se escucha que estos precios dan vértigo, pero es cierto que ahora el ganadero que se dedica a la venta de terneros para cebadero es la parte fuerte de la cadena y nunca había vivido unas navidades mejores. Los cebaderos sí se la juegan y compran caro, pero ahora venden también caro. Si pueden, trabajan al ritmo de la demanda porque no saben qué ocurrirá cuando salgan al mercado esos animales que engordan y preocupa. Como a un tratante cerrar una compra a este precio y luego no poder defenderlo en el mercado. Ayer la Lonja subió y mucho, pero la subida no dejó a casi nadie descontento porque se veía venir y lo que temían los tratantes era que subiera 21, como Extremadura. El comprador de Marruecos está en la puerta o el amigo de su amigo y lo que pase después, se verá. No es mala noticia que el consumidor no haya tirado la toalla.