Parcelas convertidas en piscinas por las últimas lluvias: “Ya no necesitamos más agua”
Los agricultores tendrán que retrasar el abonado del terreno unas dos semanas
Domingo, 14 de febrero 2021, 09:45
Un refrán popular dice que “nunca llueve a gusto de todos” y si no que se lo cuenten a los agricultores salmantinos que tienen estos días sus parcelas convertidas en auténticas piscinas tras la gran nevada que dejó el temporal Filomena y las intensas precipitaciones en forma de lluvia que han caído en las últimas semanas.
“Queda aún algo de maíz por recoger y el cultivo ha sufrido todas las inclemencias del tiempo que nos han venido en estas últimas semanas. Muchas de las mazorcas incluso se han caído y están en el suelo con toda la humedad con el peligro de pudrirse incluso. Según han quedado algunos terrenos es imposible que, por ahora, las máquinas entren al menos con ruedas. Por otro lado las colzas han aguantado bien y el cereal con la nieve tiende a enraizarse pero la preparación de las tierras, con todo el agua acumulada, va a ser este año tardía”, explicó ayer Manuel de Dios, presidente de la comunidad de regantes del canal de Babilafuente.
En otro de los extremos de la comarca de Peñaranda, en una localidad cerealista como Aldeaseca de la Frontera, Francisco Hierro también comentó: “Ya es demasiada agua la que lleva caída, por ahora no necesitamos más porque no podemos entrar a las parcelas y estos días ya tendríamos que estar esparciendo el nitrógeno en el cereal. El exceso de humedad empieza a notarse, además, en las cebadas que van perdiendo color y tirando ya a amarillentas”, señaló.
Los agricultores coinciden en que sería bueno que no viniera más agua y que el sol empezara a acompañar para que el terreno fuera oreando y en las parcelas encharcadas fueran desapareciendo las enormes balsas de agua que pueden verse estos días. Con la mirada puesta en el cielo, en las aplicaciones del tiempo en sus teléfonos y en los espacios televisivos que informan sobre las previsiones, todos ellos calculan que como mínimo en dos semanas no se podrá entrar a las parcelas para hacer las labores propias de estas fechas.
A todos ellos sólo les queda ver con paciencia cómo discurren los días pidiendo que no haya que echar mano del paraguas y el sol les ayude.
