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Roberto, Ana y Juani, en una de las protestas agrarias de Salamanca.
Indignación en el campo salmantino: «Nosotros no queremos limosnas de la Unión Europea»

Indignación en el campo salmantino: «Nosotros no queremos limosnas de la Unión Europea»

Roberto y Ana tienen una explotación de vacas de leche y Juani Castaño, de abejas, vacuno y cerdos. «Dice el ministro que está la leche muy cara y nos han bajado en 4 meses, 10 céntimos el litro»

Susana Magdaleno

Salamanca

Domingo, 25 de febrero 2024, 19:19

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Este lunes son 20.000 los agricultores que está previsto que colapsen de nuevo Madrid, unos 300 tractores partirán desde Salamanca, después de que el pasado jueves llevaran a la capital de España 1.500 tractores en una protesta histórica.

Pero esta gran manifestación viene precedida de otras muchas en diferentes ciudades como Salamanca,en las que participaron personas como Roberto y Ana, que tienen agricultura y una granja de vacas de leche en Villoruela, o Juani, que es apicultora y, además, tiene una explotación con vacas de carne y cerdos. Los tres explican las razones que les llevan a manifestarse junto a miles de agricultores y ganaderos en España.

Coinciden en que no reciben precios justos por sus productos. «Nosotros no queremos limosnas de la Unión Europea. Sólo queremos precios justos, que nos dejen trabajar. La gente -continua Ana- se piensa que con las subvenciones nos compramos grandes tractores y nos cuesta mucho conseguir el dinero para pagarlos: son 365 días al año de trabajar y madrugar».

«Y luego dice el ministro -por Luis Planas- que está la leche muy cara. Nos la han bajado en cuatro meses, 10 céntimos. Eso me supone a mi -explica Roberto- que en 60.000 litros que produzco al mes son 6.000 euros todos los meses que dejo de cobrar. Tengo para comprar un camión de forraje, que no ha bajado de precio, sólo la leche».

«Nosotros compramos un pienso, y nos ponen un precio. Pero es que vendemos la leche y nos ponen el precio también. Siempre nos ponen el precio a la hora de vender y a la hora de comprar», añade Ana. «La Ley de la Cadena Alimentaria funciona, pero sólo en la tele».

Juani asiente y, como apicultora, se queja de la falta de etiquetado de la miel. Pero también de la burocracia a la que están sometidos agricultores y ganaderos y por la que también protestan. «El que hace las leyes debería venir a trabajar con nosotros en las explotaciones. Yo le doy una semana para que no se agobie mucho y sepa luego valorarnos de verdad. Es que pasan de nosotros».

En su caso, tiene el «papeleo» de abejas, cerdos, vacas. «Con el ibérico tienes que estar con el registro del Ítaca y pendiente de la certificadora, de las parcelas... Y en ellas no pueden entrar las vacas, que como se salten... En vacas, tienes que apuntar medicamentos, altas, bajas. En cerdos, cada persona que entra y las cantidades de pienso que deja».

Roberto toma el relevo: «Entrego la leche, el recogedor me da el ticket con dónde va, de qué ganadero, litros, horas... y los tengo que apuntar en el papel. ¡Pero si tengo el ticket! Y me llega la factura al mes, con todo reflejado, y otra vez. No lo entiendo».

Esa documentación con facturas, guías de entrada o salida de animales... tienen que guardarlas años «y que no se te pierda nada porque te llega la multa y no se andan con tonterías», explica Ana. «Vendes un animal y haces lo que se llama guía. Pones dónde va a ir con el DAI, que es el DNI del animal y tiene que ir acompañado de un papel que es como un parte jurado en el que te responsabilizas de que el animal no está medicado», añade Roberto.

«Venía lo del cuaderno digital, que es nuevo. Ahora tenemos uno normal donde apuntamos todo. El día de siembra, los tratamientos que haces, las cantidades, el producto... y cuando vayas a cosechar igual: los kilos cargados por hectárea, el tema de abonos. Y así todos los días».

«Cuando nace un ternero tienes 7 días para apuntarlo y si se te pasa el plazo te apuntan una incidencia o hay inspección o sanción».

Juani también apunta otro gran motivo que lleva a la calle a los ganaderos: los saneamientos. «El mundo rural se está quedando despoblado. Es gente mayor y es un problema el saneamiento porque personas con 60 años se las ven moradas para meter las vacas. No te puedes imaginar el sacrificio que supone estar metiendo vacas porque son súper recias y corremos unos riesgos horrorosos. El manejo es horrible: me da pánico, me quita el sueño».

«Es malo para los ganaderos y para los animales», añade Roberto. Y apunta Ana que hay días de saneamiento ganadero a las 11 de la mañana, ¿y qué hacemos, tener las vacas atadas desde que ordeñamos hasta que vayáis a venir? Y luego dicen que si maltrato animal».

«Los que más cuidamos al ganado somos los ganaderos», añade Roberto y asienten Ana y Juani.

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