Una cosecha de almacenes llenos, pero «ruinosa» por los precios
Es la mejor cosecha en Salamanca en cebada y trigo desde 2020 y la segunda mejor desde 2007/2008. Es el precio más bajo desde el covid y deja a explotaciones con ingresos por venta de grano por debajo de costes
Las últimas siegas de la cosecha 2024-25 serán esta semana y, con ellas, se dará por finalizada una campaña que, aunque desigual por zonas, ha sido muy buena en producción pero «ruinosa» en precios: pese a la abundancia de grano, deja a los agricultores al límite de la rentabilidad.
Aunque varía en función de las zonas, la producción media apunta a la que auguró la Junta de Castilla y León el pasado 30 de junio. En su último boletín, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), con datos correspondientes al 3 de agosto, estima en trigo una cosecha un 26% superior al promedio en Salamanca y, en el caso de la cebada, un 32% por encima.
Según este análisis publicado, en Salamanca la cosecha sería mejor que la prevista en junio: la mejor desde 2020 y, en el caso del trigo, la segunda mejor de los últimos 17 años, y de los últimos 18 en el caso de la cebada.
El problema está en el precio, que, tomando como referencia la Lonja de Salamanca, es el más bajo tanto para trigo como para cebada desde 2020, año de la pandemia. Desde entonces, los costes han sufrido un fuerte incremento. Según las organizaciones agrarias de Salamanca, el coste medio en la provincia se sitúa entre los 700 y los 800 euros por hectárea, tanto para cebada como para trigo.
Con la producción media estimada por la Junta de Castilla y León para Salamanca, que se sitúa en 4.205 kilos por hectárea, y el precio actual en la Lonja de Salamanca, de 203 euros por tonelada, el agricultor obtendría 854 euros por hectárea. Con los costes mencionados, le quedarían, en el mejor de los casos, 154 euros por hectárea. En cebada, con una producción media de 4.481 kilos por hectárea y un precio de 182 euros por tonelada, el agricultor obtendría en torno a 815 euros por hectárea, y el beneficio máximo sería de unos 115 euros. Esto hace que, según las producciones, la rentabilidad de la campaña sea mínima o incluso inexistente si los costes aumentan, por ejemplo, con el pago de rentas.
Los agricultores califican de «ruinosa» la cosecha, como lo hizo José Manuel Cortés, agricultor y presidente de COAG Salamanca, o de «nefasta», como señaló Julián Juanes, vicepresidente de ASAJA y presidente de la cooperativa Tierra Charra-La Moraña. La abundancia de grano desborda ahora mismo los almacenes de este colectivo y, debido a la falta de espacio en el interior, hay numerosas eras ocupadas, sobre todo en la comarca de La Armuña, donde se han alcanzado producciones de trigo que rozan los 5.000 kilos por hectárea.
En la mayoría de la provincia, y como preveía la Junta, la cosecha de cebada ha sido superior a la del trigo.
La cosecha de avena, ahora sin salida comercial, ha sido excepcional, pero con el precio aún más a la baja. Las dudas de los agricultores surgen de cara a las siembras de la próxima campaña: temen costes altos y una producción «normal».
