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En un par de días comenzará la campaña electoral, propiamente dicha, para los comicios al Parlamento Europeo, porque de «pre-campaña» llevamos ya un largo periodo. Llega el momento de preguntarse por lo que ha hecho Teresa Ribera, la cabeza de lista de los socialistas, por el campo en general y el de Salamanca en particular desde su puesto como vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez y también como ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Y el balance de sus actuaciones es bastante negativo en ambos grupos de competencias.
Primer ejemplo: Salamanca es una de las provincias más afectadas por los ataques del lobo y Ribera ha aumentado la protección a este animal desde 2021 por su cuenta y riesgo incluyéndolo en el LESPRE. Segundo ejemplo: es autora de la nueva planificación hidrológica en todas las cuencas; según el preámbulo de las normas que ha preparado y aprobado, no hay más agua para regar, lo que hipoteca, tanto los regadíos actuales, como por supuesto los nuevos, en la provincia de Salamanca.
Esto último es algo que ha pasado más desapercibido de lo que debiera. Tercer ejemplo: Teresa Ribera, Hugo Morán, el encargado de las competencias de agua, y todo el equipo han estado muy vigilantes para que se cumpliera, y se fuera más allá incluso, todo el componente verde de la nueva PAC, que se aplica desde el 1 de enero del año pasado. Se podrían poner más ejemplos, pero creo que con eso basta en lo relativo a lo de Transición Ecológica.
En el otro capítulo de su cartera, el del Reto Demográfico, que también afecta de lleno a la agricultura, la ganadería y, sobre todo, al conjunto del medio rural, la verdad es que busco y busco algo que se haya hecho desde la Administración Central a lo largo de estos casi seis años, desde que Ribera se hizo cargo de este ministerio, y no lo encuentro. Puede que se me haya pasado por alto, pero, insisto, no doy con ello. Es verdad que se ha hablado mucho, mucho, mucho, pero de actuaciones concretas, medidas claras, ayudas transparentes, nada de nada. Insisto: a principios de junio hará ya seis años que ocupa este puesto. Los socialistas difícilmente podrían haber encontrado otro candidato o candidata que suscite más rechazo (ideologías al margen) en el sector agrario y el medio rural.
Es muy probable que haya algunos agricultores, ganaderos o habitantes del medio rural que terminen votando a la candidata socialista. En ese caso será por motivos estrictamente ideológicos, lo que entra dentro del régimen democrático. Pero no será porque Teresa Ribera se haya portado bien con eso que denominamos el campo entendido en sentido amplio y haya defendido los intereses de sus gentes. Más bien, ha sido todo lo contrario. Y en Salamanca la hemos sufrido de manera muy especial.
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