Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Han pasado ya dos tercios del verano; también hemos rebasado el ecuador del mes de agosto y, asimismo, se ha celebrado la principal oleada de fiestas patronales de nuestros pueblos. Este último hecho provocó que la semana anterior los mercados de muchos productos agrícolas, como los cereales, estuvieran bajo mínimos en lo que actividad se refiere. Constatados esos hechos, y aunque las vacaciones y las fiestas todavía no se han acabado, la verdad es que los pensamientos se orientan ya al próximo curso, temporada o campaña, como se quieran denominar. Aunque habrá tiempo de meterse más en harina en semanas venideras, sí es importante destacar que antes de que acabe el año tendremos una nueva Comisión Europea, con todo lo que eso supone. Ursula von der Leyen, la alemana que va a continuar como presidenta de esta Institución europea, una de las tres más importantes, ha dado de plazo a los Estados miembros hasta finales de este mes para que remitan a Bruselas los nombres de sus candidatos y candidatas, porque ha pedido un hombre y una mujer, para ocupar ese puesto.
En el caso de España, se conoce desde hace tiempo la propuesta que ha hecho Sánchez, que quiere mandar a Bruselas a la «simpar» Teresa Ribera. Hasta ahí, nada que objetar, porque cada Gobierno es libre de designar a su candidato/a. El problema viene con la segunda parte, porque tanto el marido de Begoña como la propia Ribera desean que esta última ocupe, primero, una comisaría importante relacionada con la energía y el clima y, además, una vicepresidencia desde la que «vigile» todas aquellas carteras que tengan alguna relación con asuntos medioambientales, lo que incluirá, por ejemplo, fiscalizar lo que haga el comisario/a de Agricultura, o de Industria, o incluso de Comercio, por aquello de los acuerdos con terceros países. Pero lograr este objetivo no depende solo de Sánchez y de Ribera, sino que tiene mucho que decir la presidenta von der Leyen y también lo que quieran otros Estados miembros en esa lucha por el reparto de competencias. ¿Qué pasaría si Teresa Ribera no consigue una comisaría importante? ¿Se iría a Bruselas, o se quedaría en España?
Y luego están los eurodiputados. Los candidatos/as a ocupar un puesto en el Colegio de Comisarios tienen que pasar un examen en el Parlamento Europeo. ¿Superará Teresa Ribera el suyo? Todo hace pensar que sí, pero también se ha producido sorpresas en estos procesos. Como dice el refrán, hasta el rabo todo es toro. Finalmente está lo relativo al comisario/a de Agricultura. Los últimos rumores llegados de Bruselas antes del paréntesis de las vacaciones apuntaban a que sería el representante de Luxemburgo o de Austria. Ya veremos si se confirman estas hipótesis en ese rompecabezas que está a punto de comenzar en Bruselas. Lo único claro, porque se trata de una regla no escrita, es que la comisaría de Agricultura no será para uno de los Estados miembros que son potencias agrarias en la UE, como es el caso de Francia, Alemania, Italia o España. Las espadas están en alto.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.