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Moisés y Pilar Fraile, en el palco de la plaza de tientas de El Puerto de la Calderilla. J.L.
El Pilar, un triunfo a casi 10.000 kilómetros del Campo Charro

El Pilar, un triunfo a casi 10.000 kilómetros del Campo Charro

Los toros de la ganadería salmantina de Moisés Fraile viajaron por primera vez a América y en Lima (Perú) saltó un astado excelente que le sirvió para triunfar a Enrique Ponce en la tarde de su histórica del coso de Acho

Javier Lorenzo

Salamanca

Jueves, 7 de noviembre 2024, 14:25

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Enrique Ponce tuvo la compañía perfecta para despedirse de Perú, de la histórica plaza de Acho en Lima. El confidente clave en versión salmantina. Un toro de nombre Sospetillo de El Pilar, número 76, de 476 kilos y colorado de capa. Se encaprichó de él Ponce y se lo llevó en el sorteo del mano a mano con Joaquín Galdós el domingo en Acho, el día y la plaza que sirvió para el estreno de la ganadería salmantina en América. Y de donde Moisés Fraile se trae al Puerto de la Calderilla una «experiencia maravillosa», acompañada del éxito: «El toro tuvo una excepcional de clase», tanto fue a así que Moisés Fraile considera que si «le dura un poco más, lo pone de indulto». «La plaza se caía… y con Ponce más. Pero en Acho en cuanto pegan tres muletazos buenos se entregan sin reservas. Los olés son la leche… En esa faena al quinto toro, brotaron con mucha fuerza».

Era la primera vez que Moisés Fraile, uno de los ganaderos de referencia de Salamanca, pisaba de Acho y las sensaciones no pudieron ser mejores: «Aquí la gente sabe de toros, hay mucho ganadero, mucho torero…». «Es un poco parecido a Salamanca y a Sevilla. Saben mucho de toros, son gente gente entendida y eso se nota», matizó el ganadero de El Puerto de la Calderilla. Además se mostraba «contento» con la corrida de toros de su estreno americano:«La corrida fue buena, quitando uno de Ponce que se rajó. Enrique Ponce al primero si lo mata le corta una oreja; Galdós a los dos primeros los pinchó, a uno de ellos, su segundo, sonó la música puso la gente en pie y parecía que todo iba a ser de dos orejas, pero falló con la espada y le cortó solo una oreja con fuerza pero era de dos. Como sexto salió un sobrero que no fue malo pero resultó más durete; y a esas alturas ya estaba la gente con la emoción de Ponce y no caló ni se metieron».

La faena de Ponce al quinto, a Sospetillo, el astado de su despedida de Acho, la define Moisés Fraile como «una gran faena». «El toro fue muy bueno y él lo cuajó. Fue un super clase. Lo quería él para la despedida y le tocó. Salió todo como el guion perfecto. Y Ponce lo partió en dos, lo toreó cumbre ya con el capote… la plaza se caía. No fue una faena de esas que como es la última de Ponce resulta un triunfo fácil. Le hubiera cortado las dos orejas hace veinte años».

Con el triunfo de una figura histórica como lo es Enrique Ponce se escribió la triunfal presentación de los toros de Moisés Fraile al otro lado del charco. Unos toros que viajaron la pasada primavera, en el mes de mayo, a Perú, que vivieron en la finca de Santa Rosa de Lima los últimos cinco meses de su vida y sellaron con tintes de triunfo e historia el pasaporte de vuelta a España a sus criadores con las puertas abiertas para volver cuando quieran a unos de los grandes templos del toreo.

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