Erre que erre

No hay concejal en el Ayuntamiento de Salamanca que en privado no reconozca que algunas de las actividades que se están autorizando en la Plaza Mayor se podrían cambiar de ubicación porque representan un «atentado» contra el monumento. Por ejemplo, las ferias del libro, que entre una y otra «okupan» el espacio durante casi un mes, deteriorando gravemente la imagen del patrimonio más conocido y reconocido por los turistas. Como se han hecho siempre, se siguen autorizando. Es el argumento manido año tras año. Pero si a todos les parece una barbaridad, ¿quién está empeñado en «sostenella y no enmendalla»? Lamentablemente el reglamento que se hizo en 2015 para cubrir un vacío sobre lo permitido y lo prohibido, no ha servido para limitar las decenas de actividades que se llevan a cabo en este espacio, el más conocido y reconocido por los turistas que nos visitan. Tampoco se entiende cómo no escuchamos un poco a los visitantes. ¿No es el turismo tan importante para la economía de la ciudad?

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