El emocionante regreso de Erice, Woody Allen y Kore-Eda

Este fin de semana es un regalo para los cinéfilos. El mismo día llegan a la cartelera de Cines Van Dyck los nuevos proyectos de tres veteranos: Woody Allen, Hirokazu Kore-Eda y, sobre todo, Víctor Erice. El realizador vizcaíno llevaba treinta años (desde El sol del membrillo) sin entregar ningún filme. Su carrera parecía concluida. Pero el autor de El espíritu de la colmena (1973) sorprendió hace unos meses con la noticia de su regreso. Cerrar los ojos, un emocionante drama nostálgico, puso en pie a la crítica en el Festival de Cannes. Trata precisamente de un director (Manolo Solo) que se retiró tras dejar inacabada su segunda película, en cuyo rodaje desapareció el protagonista (José Coronado). Décadas después, un programa de televisión trata de localizarlo.

Erice, de 82 años, tenía mucho que perder y poco que ganar, pero su valentía da como fruto una obra maestra. Para hablar de dos temas fundamentales como son la memoria y la identidad, mezcla el virtuosismo del cine clásico con el realismo del moderno. En su estilo, elegante a la par que audaz, no faltan los guiños, incluidas las referencias a su propia filmografía, llena de obras sin rematar (El sur, El embrujo de Shanghai). Con guión de Michel Gaztambide (Vacas), la guinda la pone la presencia de su musa Ana Torrent.

Por su parte, el también octogenario Woody Allen firma su película número 50, la mejor en -al menos- diez años. Golpe de suerte, rodada en París y en idioma francés, recuerda a Match point por su mezcla de thriller y comedia negra, así como por su turbia ironía y su interés en el azar como motor del destino de los personajes. Una joven (Lou de Laâge) está casada desde hace tiempo con un hombre rico y controlador (Melvil Poupaud). Hasta que por casualidad se reencuentra con un antiguo compañero de instituto (Niels Schneider) que le confiesa que siempre estuvo enamorado de ella. Y saltan las chispas. Y todo se pone patas arriba. Con elegante fotografía de Vittorio Storaro, podría ser un muy digno testamento (Allen ha manifestado que le queda poco en activo) del inimitable neoyorquino, que más allá de sus escándalos personales siempre perdurará por Manhattan, Annie Hall o Delitos y faltas.

El tercer autor en discordia se llama Hirokazu Kore-Eda, nació en Tokio hace 61 años y puede considerarse heredero de los grandes maestros japoneses. Su sensibilidad, sutileza e ingenio quedaron sobradamente demostradas en joyas como Un asunto de familia (Palma de Oro en Cannes), Still Walking (Premio Fipresci en Donosti), De tal padre, tal hijo o Nuestra hermana pequeña. Ahora, en Monstruo, narra un incidente desde tres perspectivas, a lo Rashomon: una madre cree que a su hijo lo maltrata un profesor de la escuela; este último, por su parte, piensa que el niño acosa a un compañero; pero ¿cuál es la verdadera relación entre los dos pequeños?

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