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Del Táchira al Sangusín para convivir y abrir nuevas vías de colaboración
El vicepresidente de la Conferencia Espiscopal venezonala y obispo de la Diócesis del Táchira, Mario del Valle Moronta, visita la provincia y comparte varias jornadas con los fieles
TEL
Horcajo de Montemayor
Viernes, 13 de octubre 2023, 18:19
El valle del Sangusín salmantino ha sido escenario de la una reciente visita poco habitual, que ha llamado la atención de numerosos vecinos, sobre todo de fieles de localidades como Horcajo de Montemayor. Y es que la zona ha contado con la presencia del obispo de la Diócesis del Táchira y Primer Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez. Según explica el párroco de Horcajo de Montemayor, sacerdote venezolano perteneciente a esa misma Diócesis, José Romelio Ramírez, «estuvo de visita por Salamanca, donde sostuvo importantes reuniones con las autoridades de la Universidad Pontificia de Salamanca, con la finalidad de crear convenios con la Universidad Pontificia». También se entrevistó con elo obispo, José Luis Retana, sobre el establecimiento de convenios y becas para sacerdotes que desean estudiar y colaborar pastoralmente para atender pueblos y comunidades necesitados de sacerdotes, algo cada vez más común en la provincia de Salamanca. Sin embargo, los momentos más llamativos de la visita los vivió en la zona del Sangusín, donde José Romelio Ramírez atiende a ocho localidades. Vino, señala el sacerdote, que vive en Horcajo de Montemayor, «para acompañar espiritual y pastoralmente a dichos pueblos». En su visita a Horcajo de Montemayor, donde permaneció unos cuatro días, también compartió una misa con la comunidad del pueblo, donde agradeció a los fieles por las atenciones hacia el padre José Romelio Ramírez. Conoció algunos pueblos más donde trabaja el padre José Romelio y visitó La Alberca o la Peña de Francia, sin olvidar acercarse hasta la localidad de Moronta ya que sus ancestros son de esta localidad, que él mismo lleva en su apellido. «Se fue agradecido por la atención dispensada y por el recibimiento en la celebración eucaristía», señala el padre José Romelio, que destacó también la presencia del alcalde de Horcajo de Montemayor, Domingo Sánchez, en los actos religiosos celebrados allí.
No vino solo ya que estuvo acompañado durante su recorrido por el padre Javier Rey Yonekura Shimizu, que es el Rector de la Universidad Católica del Táchira, en San Cristóbal (Táchira), y compañero del Padre José Romelio, ya que la parte más institucional de la visita les ha llevado a encontrarse con su homólogo de la Pontificia, Santiago García Jalón de Lama, así como con los decanos de Teología y de Derecho Canónico.
No es la primera vez que un obispo latinoamericano visita la zona de Béjar ya que, unos años atrás, varias parroquias de la zona, aunque pertenecientes a la Diócesis de Plasencia y no la de Salamanca acogieron la presencia de sacerdotes procedentes de Colombia. Por ejemplo, el entonces arzobispo de la Archidiócesis de Santa Fe de Antioquía, Orlando Antonio Corrales García, realizó una visita similar a Candelario o Puente del Congosto, parroquias regidas en aquel momento (2013) por sacerdotes procedentes de Colombia.
La visita del obispo del Táchira ha puesto también sobre la mesa la situación de las vocaciones en la provincia ya que cada vez hay mayores problemas para que las comunidades rurales cuenten con una atención permanente de un sacerdote. De ahí, que gran parte del medio rural salmantino cuente con la sacerdotes fundamentalmente americanos y africanos para suplir estas carencias. A día de hoy, los párrocos procedentes de Nigeria, Costa de Marfil o Camerún atienden diversas parroquias de la zona salmantina de la Diócesis de Plasencia, mientras que los padres Oblatos de San José, procedentes de Perú y asentados en Linares, hacen lo propio en decenas de municipios de las sierras de Béjar y Francia y en el entorno del Linares. También se extiende la presencia de Diáconos, cada vez más habitual en las parroquias de la zona Entresierras e incluso del entorno de Guijuelo. También hubo presencia en Béjar, en 2016, de dos sacerdotes Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús y Santa María de Guadalupe, de México, que desaparecieron de la ciudad sin mayores explicaciones.
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