Paja almacenada en una nave. ARCHIVO

El reto ahora es conseguir paja

Aunque ha bajado la demanda, queda poca y parte de los que tienen prefieren guardarla para sus clientes o esperar para venderla hasta ver cómo evoluciona el mercado

Susana Magdaleno

Salamanca

Viernes, 12 de enero 2024, 17:18

Los ganaderos se enfrentan a un nuevo reto y no es el de poder pagar el precio de la paja para el ganado, que también. Ahora, la dificultad añadida está en encontrarla porque queda muy poca en el mercado y gran parte de la que aún hay a la venta está en manos de vendedores que prefieren guardarla, bien para abastecer a sus clientes en lo que queda de invierno, o en previsión de que suba aún más. Al estar los almacenes vacíos y las naves, los hay que creen que ni siquiera aunque hubiera una buena cosecha de cereales en 2024 podría bajar su precio de forma importante y están a la espera.

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En la Lonja de Salamanca, su precio permanece estable desde el pasado 18 de diciembre, cuando la mesa acordó la subida de 3 euros la tonelada y su precio se situó en los 158 actuales. Empezó 2023 con una cotización en la Lonja de 64 euros la tonelada; superó en mayo el precio histórico, que hasta entonces era de 100 (noviembre de 2005); y acabó el año 94 euros la tonelada por encima de cómo lo empezó.

En las últimas semanas no ha tocado el precio Salamanca pero vocales del sector productor sí han manifestado que se vendía a más de lo que fija la Lonja.

Donde sí se ha movido esta semana es en León, que ha acordado una subida de 6 euros/tonelada, hasta los 150, precisamente por las dificultades para encontrar.

Ahora en zonas de Palencia y Burgos, que son principales productores en España, es complicado encontrar paja disponible. Cuando se consigue, el precio que piden por ella llega a situarse entre 160 y 180 euros por tonelada, pero sin transporte.

Los ganaderos que pueden aguantan sin comprar y en esta época la demanda ha bajado, tanto porque hay más comida en el campo; como por sustitutos como el ramón de las encinas o, en menor medida, la paja de maíz; o porque ganaderos con problemas por estos costes han reducido también la cabaña ganadera.

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La mayoría de la paja que se consume hace ya semanas que procede de Francia, que también ha incrementado los precios en función de la demanda y la mayor escasez en España. Preocupa la situación sobre todo a propietarios de cebaderos, donde para algunos es imprescindible.

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