Siniestro mortal en Galisancho: “Yo soy un poco brusco conduciendo, pero nada más”
El conductor que causó el accidente con cuatro jóvenes de Alba muertos, A.J.L., mantiene que aquella noche solo bebió una litrona y que no se drogó
Lunes, 18 de octubre 2021, 19:59
El juicio por el trágico siniestro ocurrido en junio de 2019 en Galisancho y que costó la vida a cuatro jovencísimos amigos de Alba de Tormes arrancó en la mañana de este lunes en la Audiencia Provincial de Salamanca.
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Durante sus declaraciones, el acusado, A.J.L. conocido entre sus vecinos como ‘Pecho’, se mantuvo tranquilo, además de inexpresivo, apático y sin mostrar el más mínimo arrepentimiento. Aseguró que no recuerda nada del accidente, que no ha recuperado la memoria, ni tampoco que tras el siniestro le requirieran para hacer pruebas de alcohol o drogas. Reconoció que le habían devuelto el carnet de conducir meses antes del accidente tras haberse quedado sin puntos, por saltarse un stop y por consumo de drogas, y dijo que tiene una forma de conducir “un poco brusca, pero nada más”.
Por su parte, A.Z.M., el copiloto y junto al acusado el único superviviente del accidente, reconoció que en el trayecto pasó “miedo” y que le dijo a ‘Pecho’ que tuviera “más cabeza”, hasta que se salieron de la calzada mientras manejaba el radiocasete.
A preguntas del fiscal, el acusado relató que recuerda haber recogido a tres de los chicos y fueron a Santa Inés, que estaba en fiestas, donde estuvo con ellos. Dijo haber bebido “una litrona de cerveza” de la que compartió algún trago con alguno de los amigos y negó haber consumido drogas, por lo que, dijo, no se explica los resultados de las pruebas que le hicieron tras el accidente. Aunque reiteró que no recordaba nada desde que se montó en el coche, curiosamente sí dijo que en el momento del siniestro “no salió derrapando”.
“Cada uno tiene su forma de conducir. Yo soy un poco brusco pero nada más”, manifestó a preguntas de las partes, reconociendo a continuación que le habían retirado el carnet meses antes del accidente pero dijo que había sido “por pérdida de puntos” porque, continuó: “Me salté un stop y me habían parado en algún control de drogas, pero eso no viene a cuento... no me retiraron el carnet por ello”. “Aprendí que hay que tener cuidado cuando se conduce”, añadió.
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“Yo no sé quién entró en el coche, estaba de espaldas, despidiéndome de gente... Solo pregunté si estaban ya dentro y entendí q estábamos cinco, ni más ni menos” declaró a continuación respecto al hecho de infringir la ocupación máxima del vehículo, cinco personas pese a lo que iban seis.
Por su parte, el copiloto, A.Z.M., dijo que al menos él era consciente de que iban seis en el coche y que “nadie puso objeción”. Dijo que, aunque eran ya las siete de la mañana y tras toda una noche de fiesta, el acusado “estaba nervioso y alterado”, pese a ello, reconoció, “no se plantearon no ir con él”. “Conducía bruscamente, hacía cambios de velocidad bruscos”, explicó, hasta el punto de que sintió “miedo” y le dijo varias veces que tuviera “más cabeza”. Se salieron de la vía, dijo, cuando iba manejando el radiocasete.
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El fiscal pide 8 años de prisión, casi la máxima pena que contempla la ley -9 años de cárcel- y 11 años sin conducir, así como el pago de indemnizaciones. Le acusa de un delito de conducción bajo la influencia de drogas y alcohol, otro de conducción temeraria, otro de lesiones por imprudencia grave y cuatro de homicidio por imprudencia grave.
La defensa solicita la absolución porque, pese a las pruebas, asegura que “no existe delito alguno” porque “no había bebido ni consumido drogas” y “no circulaba a velocidad excesiva ni negligente”, señala en su escrito de calificación provisional.
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Más datos aportados en el juicio
El taxista que presenció el accidente, narró al tribunal, que cuando vio el Fiat Stilo amarillo en el que iban los chicos iba despacio, pero que cuando intentó adelantarle, este giró hacia la izquierda para impedirle el paso y aceleró bruscamente. Entonces vio cómo se salía de la carretera a la derecha, chocó con un árbol y cayó en un prado.
Él fue quien llamó al 112 y pidió dos ambulancias. El escenario era espeluznante, aunque en un principio no se dio cuenta de que una de las fallecidas era su sobrina segunda. Además, dijo, cuando bajó vio al conductor que estaba consciente y a otro chico -el copiloto- con el pómulo hinchado.
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Luego vio a otra de las víctimas aún con vida, “tenía medio cuerpo fuera del coche” y al girarse, “unos metros más adelante, vio una cosa negra, otro chico que tampoco respiraba”. “Llevo 40 años como conductor y a menos de 120 km/h no iba -cuando la limitación de esa vía es de 90-”, señaló y asegura que cuando vio como conducía le dijo al cliente que llevaba en ese momento en el taxi: “Mira este chico, le han dado el carnet hace muy poco y se la va a pegar”.
Los guardias civiles que comparecieron señalaron que el conductor no puso objeción a que le realizaran las pruebas de alcohol y drogas, pese a lo que mantiene la defensa, y que estas arrojaron resultados positivos. “La distracción, el exceso de velocidad, el alcohol y las drogas fueron el cóctel ideal para provocar el accidente”, concluyó uno de ellos.
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Por su parte, la trabajadora del Instituto Nacional de Toxicología que declaró en el juicio confirmó que el acusado había tomado alcohol y cocaína y que la ingesta había sido reciente, un consumo, dijo, que pudo provocar que estuviera excitado y nervioso.
Este martes se celebrará la segunda sesión, en la que tendrán lugar las declaraciones de forenses y peritos y los informes de las partes.
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