Un hombre pasea junto a las ruinas donde presuntamente ocurrieron los hechos. ARCHIVO

El presunto violador del paseo fluvial de Salamanca se enfrenta este jueves a 14 años de prisión

A.G.G. fue detenido en 2018 por abordar a una estudiante junto a unas ruinas, desnudarla y masturbarse encima | La fiscal le pide 6 años, la acusación 14 y la defensa la absolución

Miércoles, 19 de mayo 2021, 23:45

A.G.G. fue detenido en el mes de junio de 2018 acusado de abordar a una estudiante inglesa junto a unas ruinas, desnudarla, tocarla y masturbarse encima de ella. La Audiencia Provincial de Salamanca ha señalado para este jueves el juicio contra el presunto agresor sexual, que se enfrenta a penas de hasta 14 años de prisión que le pide la letrada de la acusación particular. La Fiscalía solicita 6 años de prisión y la defensa su absolución, al mantenerse firme en que su cliente es inocente.

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La fiscal que lleva el caso le acusa de un delito de agresión sexual en grado de tentativa con la concurrencia de la circunstancia agravante de género (por el que le pide 5 años de prisión) y de otro de robo con violencia (por el que le pide 1 año de prisión).

Solicita además la fiscal el alejamiento e incomunicación con la víctima durante seis años, así como una medida de libertad vigilada durante este tiempo. Por último, le reclama algo más de 10.000 euros de indemnización para la perjudicada.

En su escrito de calificación provisional, tal y como en su día avanzó LA GACETA, la fiscal relata que los hechos tuvieron lugar el 18 de junio de 2018, sobre las 18.30 horas. A.G.G. fue a una zona alejada del paseo fluvial de Salamanca (unas ruinas próximas a la calle Río Carrión), con el fin de mantener relaciones sexuales no consentidas con cualquier mujer que por allí pasase.

Al ver entrar en las ruinas a la víctima, una estudiante inglesa con estancia temporal en Salamanca, fue detrás de ella, se sacó el pene por fuera del pantalón del chándal y cuando vio que estaba cerca, sin más preámbulos y con ánimo libidinoso, la agarró a la vez que le dijo: “No te preocupes que solo vamos a tener sexo”.

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El acusado la fue empujando hacia la maleza, hasta llegar al final de un sendero, donde la tiró al suelo. Luego se colocó sobre ella, le quitó el pantalón, le arrancó las bragas y comenzó a tocarle los pechos por encima de la ropa, al tiempo que intentó introducirle el pene varias veces.

La joven intentó quitárselo de encima, arañándole con las manos y con unas llaves, al tiempo que le propinaba patadas y golpes con sus piernas. Debido a su fuerte resistencia, el acusado no pudo consumar la penetración vaginal.

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Cuando el presunto violador se retiró, la chica se puso el pantalón y observó que el acusado estaba tocando sus propios genitales con las manos y le decía cosas tales como “qué rico” mientras que le pedía que lo masturbase, a lo que ella se negó e intentó establecer una conversación telefónica con la Policía lo que no logró, pues el acusado le arrebató el teléfono móvil.

Ante los gritos de la chica, él salió rápido del lugar y ella, tras recoger sus cosas y con las sandalias rotas, salió detrás de él, pidiéndole el teléfono para llamar.

El acusado en vez de devolverle el teléfono a la joven, le entregó el suyo propio, extrayendo la tarjeta SIM, circunstancia que ella aprovechó logrando efectuar dos fotografías al acusado.

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La víctima sufrió erosiones en distintas partes del cuerpo de las que, tras una única asistencia, curó en cuatro días. El móvil de la chica todavía no ha aparecido y ha sido tasado en 142 euros.

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