La congregación de Jesús Nazareno ARCHIVO

Salamanca solo ha disfrutado de seis semanas santas completas en lo que va de siglo

La lluvia y la covid han impedido que se celebren en su totalidad varias ediciones | La última fue en 2017

Viernes, 25 de marzo 2022, 12:29

Si la situación epidemiológica se mantiene, los cofrades tan solo tendrán que preocuparse por volver a mirar el cielo la próxima Semana Santa, el principal condicionante de las procesiones hasta que eclosionó la pandemia y suspendió los 23 desfiles procesionales previstos.

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En este siglo tan solo ha habido seis años en los que todas las procesiones penitenciales han podido culminarse desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. En el resto de los años, la lluvia obligó a suspender la procesión antes de salir de la sede canónica u obligó a refugiarse o acortar el recorrido ante la aparición de precipitaciones en medio de la comitiva.

La llegada de la pandemia dejó en el aire sobre todo las ilusiones de las cinco hermandades que ni siquiera llegaron a pisar la calle por la lluvia en 2019 como las hermandades de Jesús Flagelado, que suspendía por primera vez en su historia, Yacente, Vía Crucis y Dominicana. De ese trágico Jueves Santo tan solo se libró la Seráfica Hermandad que acortó su recorrido y Amor y Paz que le pilló la lluvia al poco de iniciarse el desfile.

Para irse a la última Semana Santa con un pleno de salidas hay que remontarse hasta el año 2017. La mejor racha se vivió entre los años 2014 y 2017, ya que aunque en 2016 la lluvia tan solo hizo su aparición el Domingo de Ramos, sí obligó a modificar recorridos y a demorar hasta una hora las salidas.

El año más negro que recuerdan todos los cofrades fue sin duda 2010 con la suspensión de hasta diez procesiones y ocho cofradías que ni siquiera llegaron a sacar a sus imágenes de los templos. Fue una Semana Santa para olvidar para las hermandades del Jueves Santo que suspendieron todos sus desfiles, a excepción de Amor y Paz; y el Viernes Santo, que, a excepción del Nazareno se quedaron todas en casa. Fue el año en el que la Virgen de la Soledad ni siquiera abrió la Puerta del Obispo para saludar a los cientos de devotos que esperaban un milagro; o en el que la Hermandad Dominicana presenció como la nieve hacía añicos la esperanza de sacar sus imágenes de devoción por las calles de Salamanca.

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La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y la de Jesús Flagelado han sido las más afortunadas en estos 21 años. A excepción de la pandemia, Jesús Flagelado tan solo suspendió en 2019, la única que se recuerda a lo largo de su historia y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, también con la única ‘mancha’ de la Semana Santa de 2012.

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