Los salmantinos aplauden la retirada de la mascarilla en el transporte público “Con asma apenas podía respirar”
Las mascarillas dejarán de ser obligatorias en el transporte público a partir del próximo martes.
Domingo, 5 de febrero 2023, 13:33
Este será el último fin de semana que la mascarilla forme parte de nuestra indumentaria diaria si cogemos el transporte público. Es una buena noticia tras la situación de pandemia que padeció España. Pero lo es, aún más, para los usuarios habituales de bus, tren o taxi. “Ya era hora. No tiene sentido que me ponga la mascarilla en un autobús que van 25 personas y luego no se haga en, por ejemplo, discotecas.”, comenta Carla Díaz de Rada, estudiante que coge todos los días el autobús de línea para ir a la Universidad.
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A pesar de que la obligatoriedad de las mascarillas en el transporte público ha sido una medida clave para controlar la propagación del virus, ha generado también una serie de desafíos. “En el Metro de Madrid nadie lleva la mascarilla, ni fuera ni dentro, y nadie es sancionado. Hay mucha gente y es imposible controlarlos a todos.”, explica Eduardo Manjón.
Por un lado, el cumplimiento de la medida ha sido en ocasiones difícil de controlar, y por otro, ha generado una serie de dudas sobre su eficacia y seguridad. “Por mi parte nunca fui partidaria de esta medida. ¿Cuál es el factor que determina que el transporte público sea mayor foco de contagios que otros lugares igual de transitados?”, comenta Marina García. A lo que añade, “no utilizaré mascarilla de forma voluntaria a menos que sea necesario.”
Las opiniones varían en el ámbito del taxi, que al ser un vehículo individual, aumentan las posibilidades de contagio. “Entiendo el uso de mascarilla en los taxis. Debería ser decisión del conductor que el pasajero se la ponga o no, porque es su vehículo personal.”, afirma Ángel González. Lo que José Manuel Granda Encinas, conocido como “Pesca”, uno de los taxistas más emblemáticos de la ciudad, rebate “estaba deseando que esta medida acabara, he tenido que dejar en tierra a clientes en muchas ocasiones por no tener mascarilla. Me sabía mal, pero me la jugaba.”
La situación se complicó aun más para las personas con enfermedades respiratorias, como Sara Álvarez Pérez, quien asegura, “la mascarilla hace que sean mucho más duros los periodos fuertes de asma, cuando estoy mucho tiempo con la mascarilla puesta siento que me cuesta respirar”. Sin duda, el fin de esta medida es un alivio para todos, pero sobre todo para los que padecen este tipo de enfermedades.
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Nadie va a echar de menos las mascarillas, pero todo este tiempo de convivencia nos deja anécdotas como la de Marina García: “El 31 de diciembre llegué caminando y a las once de la noche a cenar. No pude coger un taxi por no tener mascarilla. El taxista no se apiadó por que fuera nochevieja” o como la de Iago Álvarez: “No vi la cara de mis compañeros de clase y profesores hasta el segundo curso”, aseguró entre risas.
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