Una joven se realiza un selfi para compartirlo en sus redes sociales. LAYA

El nuevo trastorno juvenil de la era ‘selfi’

Los filtros de belleza de las redes sociales han provocado la aparición de la dismorfia del selfie, un nuevo peligro entre los jóvenes que implica someterse a operaciones estéticas para imitar caras irreales

Miércoles, 31 de agosto 2022, 20:09

En la era de los selfis nada es lo que parece. Muchos jóvenes utilizan filtros de belleza a la hora de realizarse fotografías con el fin de compartirlas en sus redes sociales y mostrar una imagen retocada e irreal de sí mismos, pero que para ellos es la “perfecta”. Estas prácticas han desencadenado un nuevo término: la dismorfia del selfi, derivado del trastorno dismórfico corporal. Este afecta mayoritariamente a los adolescentes que poseen una imagen distorsionada de ellos mismos. Consiste en acudir a los cirujanos plásticos para someterse a intervenciones estéticas con el fin de parecerse a las fotos con filtros que utilizan en sus redes sociales.

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El trastorno dismórfico corporal (TDC) se encuentra registrado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5) y lo padecen personas que se preocupan por uno o más defectos o imperfecciones de su aspecto físico que no son observables o percibidas por otras personas. Su desasosiego causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Los expertos salmantinos están alarmados porque el primer pico del trastorno dismórfico corporal aparece antes de la mayoría de edad, y advierten que las redes sociales han agudizado aún más esta problemática “porque los influencers o tiktokers tienden a mostrarse como no son e influyen de manera negativa en los usuarios”. “He atendido a pacientes adolescentes obsesionados por las redes sociales y preocupados por el tema de los filtros y los likes que reciben en sus publicaciones”, manifiesta la psicóloga y docente Carolina Torres.

La psicóloga sanitaria, Mirian Bernal asegura que las personas con baja autoestima son más proclives a tener este tipo de trastornos y que “necesitan educación para aceptarse como son y no quererse parecer siempre al prójimo”. “La posibilidad de tener una imagen retocada al instante es un problema porque las personas se acostumbran a una foto irreal y luego es complicado enfrentarse a un mundo sin filtros”, detalla.

El secretario del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (COPCyL), David Cortejoso, explica que “querer ser igual que alguien es un comportamiento que ha existido toda la vida”. “El problema viene cuando se toman decisiones drásticas tales como someterse a operaciones quirúrgicas para conseguir otra apariencia física”, manifiesta.

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La cirujana plástica Elvira Elena Sorando detalla que lleva años atendiendo a pacientes que acuden a su clínica con imágenes de personas anónimas o famosas. “Las personas acuden porque quieren mejorar su aspecto y verse de otra manera. Cuando les explicamos que no se pueden conseguir ciertos resultados, se adaptan a ello y lo entienden perfectamente”, detalla.

“Este trastorno dismórfico corporal provoca en la persona conductas obsesivas y compulsivas. Las personas se miran al espejo y no se ven bien porque se han acostumbrado a una imagen errónea embellecida por filtros”, expresa Carolina Torres.

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Según la especialista, la era de las autofotos es peligrosa para los adolescentes porque aún no han generado su identidad. Este trastorno afecta más a las mujeres, “3 veces en mujeres por 2 en hombres”. “Los jóvenes se están comparando constantemente con patrones irreales, retocados con Photoshop o filtros y ese factor, junto con otros de riesgo, pueden ocasionar el desarrollo de este tipo de trastorno”, lamenta.

Según datos del INE, un 70% de los jóvenes dispone de teléfono móvil. Por este motivo, los expertos coinciden en que el papel fundamental de los padres para evitar caer en este tipo de problemas psicológicos se basa en “ayudar a sus hijos a desarrollar una buena autoestima y un pensamiento crítico porque no todo es el físico”. Así como acompañar al menor en el proceso de descubrimiento del mundo digital y la era de las redes sociales.

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